EL AJIMEZ SALVADO, LA VENTANA DE CHIPIONA
Este ventanal con parteluz o ajimez del Edificio Histórico, que es el Edificio del Patio del Claustro del Monasterio de Regla, es una ventana religiosa propia del lugar donde nos encontramos. Como destacaban los historiadores franciscanos, el ventanal es un superviviente, un “ajimez salvado” del tapiado que sufrieron otros ejemplares durante las reformas barrocas de hace siglos. La historia tradicional identifica toda la arquitectura más antigua del monasterio reglense como perteneciente a un origen castellano inmediato a la Reconquista. Sin embargo, el revisionismo positivista franciscano comenzó a dar las primeras notas disonantes, aunque sin poner en valor que el supuesto ventanal mudéjar tenía rasgos visigodos o mozárabes y de ser así debió entonces subsistir en un posterior “castillo mahometano”, que fue apropiado como el “castillo del fundador” castellano del convento.
La microarqueología de la arquitectura ha probado que la ventana era el resultado de una reforma islámica que consistió exactamente en la sustitución de la arcada bífora original visigoda de medio punto que estaba sobre la columnata presente, por estos arcos árabes que tenemos a la vista, arcos túmidos o de herradura apuntada bajo un alfiz rehundido y moldurado a su vez, propio de los inicios del siglo XII. La reforma consistió en la conversión de la ventana cristiana de una iglesia, en la ventana islámica de una mezquita.
Según la columnata, la ventana se trata originariamente del ajimez de una iglesia visigoda del siglo VII, arquitectura que va a emprender una cristianización de sus elementos, destacando la iconografía que ha sido referida a un discurso cristológico (las flores de lis de los capiteles y el parteluz ochavado como símbolos de Cristo). El ajimez visigodo es parte de un conjunto arquitectónico eclesial y monástico que se conserva fosilizado en su casi total integridad, una iglesia de dos plantas adosada a un primigenio patio claustral donde el actual, cuya cripta tiene las proporciones de una iglesia subterránea.
La conversión de esta ventana cristiana en islámica acaece en la época almorávide de principios del siglo XII, a juzgar por el estilo neoandalusí, postaifal y prealmohade de su arcada. La datación de esta reforma implica la existencia de una iglesia mozárabe continuadora de la visigoda durante cuatro siglos, y su final transformación en la sala de oraciones de una mezquita. Mezquita fortificada o Ribat que se conserva también en su integridad, pues es la obra de fábrica del actual Edificio del Patio del Claustro, construido entonces como patio de abluciones, cercado con gruesos muros almenados y flanqueado por su alminar, torre aún fotografiada a finales del XIX antes de ser parcialmente demolida.
Una ventana abierta durante 1300 años y en sucesiva mudanza histórica, cristiana visigoda (y mozárabe), islámica después, para ser nuevamente cristiana castellana y rebautizada como mudéjar, la Ventana de Chipiona vió surgir el mismo nombre actual del pueblo. Los nuevos estudios reglenses la postulan como un ventanal originario de la iglesia del Cenobio Nono de San Fructuoso, después de la sala de oraciones del Ribat de Las Mezquitas, antes de ser del Convento de Nuestra Señora de Regla. Cuando por último, la ventana formaba parte en el Trescientos de la primera iglesia de la Virgen de Regla, la Ermita de “La Morenita”, para después serlo de la sala claustral De Profundis del convento agustino, antes de ser salvada del tapiado generalizado que sufrieron sus congéneres. Cargado de avatares, el Ajimez Salvado porta el poso de una monástica milenaria. Razón histórica tiene para que así sea un activo espiritual emblemático en el Patio del Claustro.
A. R. M.
Chipiona Lugar de Memoria