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Sesiones Académicas

Como introducción al seminario, esta sesión académica hace referencia a los tres ámbitos generales de estudio que le competen, y que serán objeto de un tratamiento detallado en el mismo, el monacato cristiano, el misticismo islámico y el Monasterio de Regla.  

Las dos conferencias inaugurales permiten introducirnos en la religiosidad y su monástica como contexto disciplinario del seminario, a través de la palabra precisa que otorga el magisterio en la materia. Al hacernos partícipes de sendos ámbitos de la religión que marcan la historicidad del mediodía del país, el cristianismo y el islamismo.

En la primera de las conferencias entramos de la certera mano cristiana de la Regla, en un detallado encuentro con su genealogía, mientras que en la segunda seremos partícipes de la rica palestra de la religiosidad islámica de nuestra historia, y en ambos casos, insertos y como parte de la cultura y la historia circunmediterránea.

El Monasterio de Regla es un exponente manifiesto de esta historicidad religiosa en todas sus dimensiones. El repertorio de una conferencia introductoria, la Exposición del Seminario y la visita guiada al monasterio, ofrecerá una amplia presentación de los estudios reglenses en curso de desarrollo.

En referencia a las materias que atraviesan y percolan todo un ámbito de estudio, es de justicia comenzar presentando mismamente a nuestros seminarios dedicados a la religión y la monástica como un discurso transversal de la cultura y la historia. El planteamiento general transhistórico e intercultural que en materia religiosa y monástica sostienen estos seminarios, es sin duda un planteamiento transversal con marca de escuela.

Como en todos los estudios humanísticos, las materias de transversalidad que son los lugares comunes de los enunciados académicos de este seminario, hacen referencia a dos ámbitos. Por un lado, al orden de las concepciones teóricas y metodológicas que como marcas de escuela, se reiteran como patrones de estudio y destacan una esencia humanística ontológica como objeto de conocimiento. Todos los estudios monásticos son necesariamente tópicos de las tendencias del pensamiento y productos discursivos de escuela, polarizados en sus extremos modernistas desde la esencia espiritual historicista a la esencia temporal marxista. En este sentido, es visible el importante impacto de la historia social analista en los estudios monásticos occidentales de las últimas décadas. Una seña económica de identidad trae consigo, una marca de escuela característica y pionera de la nueva historia española. Esta es la materia transversal de estudio seleccionada para la primera conferencia de esta sesión.

Por otro lado, el ámbito de transversalidad que son los propios objetos formales de estudio, esto es, las manifestaciones culturales permanentes de toda la historia, y que hacen de la misma un trasunto de la literatura, de la arquitectura, de las artes en general, de todo el legado de cultura material.

Como objetos necesarios de una mirada disciplinaria de escuela, van a ser objeto de una perspectiva determinada sobre la significación de esta cultura material.

Es conocida la especie monástica como un preciado tesoro de sobresalientes manifestaciones culturales. 

Las destacadas constantes de cultura histórica que son la literatura y la arquitectura, materias de gran relevancia humanística y que alcanzan máximas expresiones en los monasterios, son las áreas de cultura material seleccionadas como objeto de disertación de las otras dos conferencias que constituyen esta segunda sesión del Seminario.

Más allá de los contenidos, la transversalidad también es asunto de la estructura de los enunciados académicos, y la visita guiada al pueblo de Chipiona será una introspección en un ámbito de contexto: la andalusidad como historicidad que permita comprender la existencia de la mozarabía monacal de la Chipiona andalusí.

Esta sesión será ámbito también de otras transversalidades más allá de la enunciación académica de este seminario, para atender a su propia enunciación social como convocatoria, y en este sentido referir su anclaje y transferencia social. Por un lado, la inauguración oficial de estas ediciones de los Seminarios Reglenses, a cargo de una representación de la sociedad que las ampara. Por otro, su proyección social, vocación de estos seminarios. Una conferencia inaugural en esta materia tan estructural e inclusiva, transversal donde se quiera como es hoy día el turismo, es un manifiesto autorizado y pleno de repercusiones en todas las dimensiones sociales.

La historia está marcada por la religiosidad, un marchamo que hace época y que da sentido pragmático a los tiempos como mundos de pleno sentido, sin solución de continuidad entre el ritual y la vida. De arriba hacia abajo, la religión predica y preforma la realidad, argumenta la ideología del poder que construye la sociedad y el correspondiente imaginario colectivo, la historia y la intrahistoria. Como la propia historia que instituye, la genealogía del pensamiento religioso tiene una deriva del sentido marcada por continuidades y rupturas, que protagonizan los tiempos y más aún, la temporalidad histórica de los mismos, su historicidad como coherencia del sentido de las épocas históricas. El Reino de Toledo, al-Andalus, el Antiguo Régimen castellano y el nuevo Estado Español, son todos contextos históricos con marcas de religiosidad, pues son estados de religiosidad estas temporalidades en todas las dimensiones de su acontecer. Sociedades de religión las históricas donde la monástica, en su apartamiento interpretativo del mundo, vive encumbrada como discurso modélico de estar en el mismo, como utopía frente a la distopía de la realidad. 

Un fulgente precipitado cristalino de época es entonces la monástica, cuyo decurso histórico es bien conocido en la historiografía española. El Monasterio de Regla es un memorable testigo meridional de todo ello, y nos invita a transitar por la metamorfosis semántica de todo el último milenio y medio que es la Historia de España. En virtud de lo cual, el seminario explora sus tres genealogías constituyentes, capitalizadas por el primitivo monasterio hispano, el almonastir islámico y el convento castellano, sociedades religiosas de monjes, de morabitos y de frailes, encarnando la vida consagrada de toda la Historia de España. Primando la historicidad en esta visión de conjunto, nuestro semanario realizará no más que un contacto disciplinario con estos estados religiosos del acontecer histórico, pues pretenden ser materia monográfica de los futuros encuentros. Pues es ahora el conjunto de esta larga historia, sus razones culturales de continuidad y de ruptura, lo que quiere poner de relieve esta primera celebración de los Seminarios Reglenses del Monacato Español.

I. El monacato hispano primitivo, el monje y el monasterio

Las dos conferencias de esta sesión disertarán sobre dos realidades históricas subsecuentes que marcan la era monacal hispana. Por un lado, el apogeo visigodo del monacato primitivo en el Reino de Toledo y por otro lado su proyección histórica en el al-Andalus de los mozárabes. Es esta era monacal el fundamento de toda la historia de la vida consagrada en el país.

II. La mística sufí de al-Andalus, el morabito y el ribat.

Las dos conferencias contempladas en esta sesión presentan las realizaciones del misticismo islámico. A una introducción general del fenómeno, a través de las investigaciones pioneras y emblemáticas en el Ribat Almonastir de Guardamar del Segura, seguirá un planteamiento general de las manifestaciones de la mística islámica en el Atlántico musulmán, nuestro mayor contexto regional marítimo y un terreno fronterizo del Islam, propicio para el desenvolvimiento de estas prácticas místicas.

III. Las órdenes mendicantes castellanas, el fraile y el convento

La era conventual española se inicia en los reinos cristianos en el siglo XIII, poco antes de su llegada al Reino de Sevilla. Las órdenes religiosas mendicantes, la agustina en el Antiguo Régimen y la franciscana en el nuevo Estado Español, son los casos de estudio que plantea la historia del Convento de Nuestra Señora de Regla, y que serán objeto de presentación por las dos conferencias programadas en esta sesión.

La conferencia de clausura del seminario retoma en primer plano el discurso historiográfico, ahora desde la diferenciada y aleccionadora posición que es el presente de nuestra historia contemporánea. Conferencia magistral que como manifiesto de clausura de esta primera edición de los Seminarios Reglenses del Monacato Español, es exponente de su motivada incorporación a esta escuela protagonista de los nuevos estudios de religión en nuestro país.

Ciclo de Conferencias

La historiografía del monacato hispano en el contexto de Oriente y Occidente

(Conferencia inaugural)

Ramón Teja Casuso, Universidad de Cantabria

Formas de religiosidad en al-Andalus: prácticas, creencias y espacios

(Conferencia inaugural)

María Isabel Fierro Bello, Consejo Superior de Investigaciones Científicas

El Monasterio de Regla y la semiótica milenaria de una historia sagrada

Antonio Ramos Millán, Universidad de Granada

La historia social y económica del primer monacato hispano

Pablo de la Cruz Díaz Martínez, Universidad de Salamanca

El reto de las fuentes literarias. La hagiografía de época visigoda

Santiago Castellanos García, Universidad de León

La arquitectura monástica en la España medieval. La fábrica como ilustración de un conflicto social

Isidro G. Bango Torviso, Universidad Autónoma de Madrid

El monacato primitivo y su floruit hispanovisigodo

Francisco Salvador Ventura, Universidad de Granada

El monacato mozárabe en al-Andalus y su desarrollo histórico

Juan Pedro Monferrer Sala, Universidad de Córdoba

Rábitas, ribats y almonastires. Las enseñanzas de Guardamar del Segura (Alicante)

Rafael Azuar Ruiz, Museo Arqueológico de Alicante

Las rábitas de la costa de Sidonia y del atlántico musulmán

Virgilio Martínez Enamorado, Universidad de Málaga

 La Regla y la Orden de San Agustín en el Antiguo Régimen

José María Miura Andrades, Universidad Pablo de Olavide

La restauración franciscana en España. El Santuario de Regla como pionero

José Ángel Echeverría Echeverría, Facultad de Teología del Norte de España, Sede de Vitoria, y Escuela Superior de Estudios Franciscanos, Madrid

La historiografía contemporánea y los estudios de religión

(Conferencia de clausura)

José-Leonardo Ruiz Sánchez, Universidad de Sevilla

 El nuevo turismo y la gestión inteligente de destinos: las ciudades y municipios turísticos de Andalucía

(Conferencia inaugural de la extensión social de los Seminarios Reglenses)

Manuel Rey Moreno, Director de la Cátedra “Metropol Parasol”, Universidad de Sevilla

Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Alicante (1987), especializado en Arqueología Medieval y desde 1982 Conservador Catalogista por oposición del Museo Arqueológico de Alicante, habiendo sido director del MARQ, Museo Arqueológico de Alicante (1996-2006) el cual se inauguró en mayo del año 2002, obteniendo el premio EMYA 2004 (The European Museum of the Year Award) que concede el European Museum Forum. Director del Museo Nacional de Arqueología Subacuática en Cartagena (2006-2010). En la actualidad es Jefe de la Unidad de Excavaciones y Colecciones del MARQ y el director científico del “Proyecto de actualización de la carta arqueológica del patrimonio cultural subacuático de Alicante”, dentro del Plan de Excavaciones del Museo Arqueológico de Alicante y aprobado por la Generalitat Valenciana. Como arqueólogo medievalista ha realizado excavaciones en diversos yacimientos. Ha sido Profesor Colaborador Honorífico del Departamento de Prehistoria, Arqueología, Historia Antigua, Filología Griega y Latina de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Alicante, desde 1988 a 1998, y miembro de diversas comisiones asesoras de arqueología de la Comunidad Valenciana (1985-1996). Forma parte de los comités de redacción de varias revistas. Autor de numerosas publicaciones, nuestra aportación más valorada ha sido el descubrimiento y excavación del singular y único conjunto religioso del “Ribat” califal de Guardamar del Segura: “La Rábita califal de Guardamar del Segura (Alicante) Cerámica, fauna, malacofauna y epigrafía» (1989) y posteriormente la memoria definitiva, realizada por un nutrido equipo de cualificados investigadores bajo su dirección y editada por la Casa Velázquez, titulada: Fouilles de la Rábita de Guardamar I: El ribât califal. Excavaciones e investigaciones (1984-1992)”, (Madrid, 2004).

Catedrático de Historia del Arte Antiguo y Medieval (Universidad Autónoma de Madrid). Director del Departamento de Historia y Teoría del Arte de la Universidad Autónoma de Madrid en varios periodos entre 1979-2002. Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid 1995/1998. En su curriculum específico de temás monásticos es Investigador principal de Proyectos nacionales sobre arquitectura monástica: Corpus de Arquitectura Monástica Medieval; Atlas de Arquitectura monástica medieval en Castilla y León. Comisario de Exposiciones: Segovia Cisterciense; Monjes y Monasterios. El Cister en el medievo de Castilla León; El monasterio medieval. de todas estas exposiciones ha sido el editor del catálogo y autor de gran parte de los textos. Alguna de sus publicaciones sobre el tema: «La iglesia antigua de Silos: Del prerrománico al románico pleno», en El románico en Silos. IX Centenario de la consagración de la iglesia y del claustro, Abadía de Silos, 1990;  «La part oriental de les temples de l’abatbisbe Oliba», en Quaderns d’estudis medievals, nº 23/24, 1988; «San Vicente de Cardona prototipo canónico del primer románico», en Homenatge a Mossèn Jesús Tarragona, Lleida, 1996, pp. 89 – 107; «Monasterio de Santa María de Moreruela», en Studia Zamorensia, Zamora, 1988; «Bernardo de Claraval y el arte», en Segovia Cisterciense, Segovia, 1991; ; «El monasterio hispano. Los textos como aproximación a su topografía y a la función de sus dependencias», en Los monasterios aragoneses, Zaragoza, 1999; ;”La imagen del monasterio hispano. Algunas reflexiones sobre su estructura y significado”, en El monacato en los reinos de León y Castilla (Siglos VII – XIII). X Congreso de Estudios Medievales 2005; «El espacio para enterramientos privilegiados en la arquitectura medieval española», en Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte de la Universidad Autónoma de Madrid, 1992. Libros: El monasterio medieval, Madrid, 1990 (Anaya); Emiliano, Un santo de la España visigoda, y el Arca románica de sus reliquias, 2007; La Abrideira de Allariz. El imaginario de la Virgen en la sociedad hispana del siglo XIII, Caja Mediterráneo, Región de Murcia, 2010. Ha dirigido numerosas tesis doctorales sobre temas monasteriales.

Profesor Titular de Historia Antigua en la Universidad de León (España). Doctor en Historia por la Universidad de Salamanca (1997). Visiting Scholar invitado en la Universidad de Oxford en 2010, y Guest Research Profesor, Profesor de Investigación Invitado por la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos) en 2016. Entre sus libros, En el final de Roma (Madrid, 2013), Constantino. Crear un emperador (Madrid, 2010), o Los Godos y la Cruz (Madrid, 2007). Sus últimos libros: Los visigodos, (Madrid, 2018), Diocleciano y la Gran Persecución, por (2018 con edición en Italia, 2019), y The Visigothic Kingdom in Iberia. Construction and Invention, University of Pennsylvania Press, Estados Unidos, 2020. Ha escrito numerosos capítulos en libros colectivos en editoriales como Brill, Brepols, Edipuglia, Amsterdam UP, entre otras. Ha publicado en torno a medio centenar de artículos científicos en revistas académicas: Journal of Early Christian Studies (EEUU), Early Medieval Europe (Oxford), Historical Research (Londres), Antiquité Tardive (Bélgica), entre otras. Ha dirigido proyectos de investigación del Ministerio de Educación, de Ciencia y de Economía. Ha participado en medio centenar de Congresos y ha impartido decenas de conferencias como invitado en Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Brasil, Argentina, Holanda, Alemania, Austria, entre otros países.

Profesor de Historia Antigua en la Universidad de Salamanca desde 1982, realizó su tesis doctoral bajo la dirección del profesor Marcelo Vigil, ocupándose en la misma de las relaciones económicas y sociales generadas por el monacato de época visigoda. Poniendo en evidencia su capacidad para adaptarse a unos entornos de gran diversidad, tanto ambientales como por representar concepciones sociales y propietarias muy heterogéneas. Sus investigaciones más recientes atienden a los procesos de transformación vividos en la Antigüedad tardía (ss. IV-VII), valorando especialmente el impacto que la instalación de suevos y visigodos tuvo sobre las estructuras hispano-romanas precedentes. Esta labor se ha llevado a cabo desde una perspectiva múltiple, atendiendo tanto a los aspectos socio-económicos como a factores político-jurídicos e ideológico-religiosos, a los procesos de adaptabilidad institucional, la continuidad/ruptura en las formas de explotación del territorio o las resistencias puntuales frente a las formas dominantes en el entorno

Nació en Arróniz (Navarra) en 1963, y es fraile capuchino desde 1984. Se doctoró en historia de la Iglesia, en la Pontificia Universidad Gregoriana (Roma), en 1997, con la tesis Los capuchinos en la España del siglo XIX. Política religiosa liberal y vida institucional (1800-1877). Es también diplomado en biblioteconomía por la Escuela Vaticana homónima. Actualmente compagina la investigación sobre la Orden capuchina, sobre todo en España y en las misiones, con la docencia en la Facultad de Teología del Norte de España (Sede de Vitoria) como profesor de historia de la Iglesia y patrología, y en la Escuela Superior de Estudios Franciscanos (Madrid), donde imparte materias relacionadas con la historia del movimiento franciscano. Ha dirigido en Roma la redacción del nuevo Lexicon Capuccinum desde el año 2006 al 2019. Actualmente es director de la revista Estudios Franciscanos (desde 2012) y archivero del Archivo Histórico Provincial de Capuchinos de Pamplona (desde 2002).

Profesora de Investigación en el Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo (CCHS-CSIC). Trabaja sobre la historia política, social e intelectual de las sociedades islámicas premodernas, especialmente en el Occidente islámico (Norte de África y Península Ibérica). Investiga también sobre el derecho islámico, la construcción de la ortodoxia y la representación de la violencia en las sociedades islámicas premodernas. Es autora de Abdarramán III y el califato omeya de Córdoba (2011) y The Almohad revolution. (2012). Ha editado con F. García Fitz, El cuerpo derrotado: cómo trataban musulmanes y cristianos a los enemigos vencidos (Península Ibérica, ss. VIII-XIII) (2008). Acaba de editar el Routledge Handbook of Muslim Iberia (2020) y con Alejandro García Sanjuán el volumen colectivo Hispania, Al-Andalus y EspañaIdentidad y nacionalismo en la historia peninsular (Marcial Pons, 2020). Es fundadora de la revista de divulgación científica Al-Andalus y la Historia.

https://csic.academia.edu/maribelfierro.

Licenciado y doctor en Historia Medieval por la UMA (Premio Extraordinario de Doctorado) y diplomado en lengua árabe. Profesor de la Universidad de Málaga, investigador contratado por el CSIC en la EEA de Granada, Profesor invitado por la UAB, la Universidad de Boston, la Universidad de Nuevo México o la Universidad de Oxford. Ha realizado varios cursos de lengua árabe (Marruecos, Egipto y Túnez), disfrutando de dos becas predoctorales en Marruecos y Túnez. Es académico correspondiente en Málaga de distintas academias e instituciones. Asesor de distintos museos e instituciones culturales, así como del Legado Andalusí, siendo Comisario de varias exposiciones en España y el extranjero. Director de distintas excavaciones arqueológicas, proyectos museográficos y otras actividades de carácter patrimonial. Ha sido ponente en más de 200 actividades, incluyendo varias de carácter internacional en una veintena de países. Especialmente destacada es su vinculación a Marruecos. Ha organizado una decena de coloquios, congresos y encuentros científicos. Es autor o coautor de más de 500 trabajos científicos y de unas 30  monografías sobre historiografía, arqueología y epigrafía de al-Andalus y del Magreb. Ha editado o coordinado unas 20 obras científicas. Pertenece al consejo científico o editorial de unas 30 revistas.

Doctor en Historia por la Universidad de Sevilla (Premio Extraordinario). Ha impartido docencia en las Universidades de Sevilla (1985-1993) y Huelva (1993-1998) antes de hacerlo en la Universidad Pablo de Olavide como Profesor Titular desde 1998. Ha desempeñado diversos cargos académicos y colaborado como director y docente, además de en su universidad, en diversos cursos de postgrado en España, Colombia, Ecuador y Francia. Es Director del grupo de investigación: Centro de Estudios e Investigación de la Religiosidad Andaluza (CEIRA), dentro del Plan Andaluz de Investigación, (HUM-686), y colabora en distintos proyectos de investigación, tanto autonómicos como nacionales e internacionales. Ha publicado diversos libros y es autor de más de medio centenar de artículos y aportaciones científicas relacionadas con la realidad medieval andaluza. Entre ellas destacan las relacionadas con las órdenes mendicantes, las cofradías o la religiosidad femenina (las beatas), la organización social del espacio y los sistemas de poblamiento.

Doctor por la Universidad de Granada, Catedrático de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad de Córdoba. Ha participado en varios proyectos de investigación internacionales (British Council; Greek Ministry of Culture). Actualmente es director de la revista Al-Qanṭara (CSIC) y co-director de Collectanea Christiana Orientalia. Es asimismo co-director de la serie Syro-Arabica (Córdoba-Beirut) y miembro de comité científico de la serie Biblia Arabica de la editorial Brill (Leiden). Entre sus publicaciones más recientes tenemos: “Conduits of interaction. The Andalusi experience”, en  Christian-Muslim Relations. A Bibliographical History Volume 15 Thematic Essays (600-1600), ed. Douglas Pratt and Charles L. Tieszen, Leiden – Boston: Brill, 2020, pp. 307-329; Hexateuch from the Syro-Hexapla (Picataway, New Jersey: Gorgias Press, 2020); Cantar de Cantares. Study and critical edition of the Arabic versión contained in Codex 1625 from El Escorial (Madrid: Editorial CSIC, 2020); Los cánones árabes de la iglesia andalusí. Al-Qānūn al-Muqaddas X. Ms. árabe 1623 de la Biblioteca de El Escorial (Madrid: Sindéresis, 2020).

Doctor en Historia y profesor de Teoría e Historia de la Arqueología de la Universidad de Granada. Desarrolla su labor profesional de investigación, docencia y transferencia en conservación y difusión arqueológica, en el ámbito disciplinario anglosajón de la arqueología social y cultural. En materia de investigación, su trabajo ha discurrido en los estudios semióticos de la cultura material aplicados en todo el espectro histórico desde la prehistoria a la actualidad, aunque se ha centrado en el estudio de la economía política y el urbanismo tribal en torno al origen prehistórico del estado, materias de su formación básica como prehistoriador. Autor de publicaciones de libros y artículos en editoriales científicas españolas y extranjeras, editor de publicaciones colectivas internacionales, director de un centenar de excavaciones arqueológicas, director e investigador principal de proyectos públicos y contratos de investigación con grandes empresas de ingeniería civil, presidente, miembro de comités y ponente de congresos nacionales e internacionales, presidente de comités de celebraciones conmemorativas institucionales, miembro de sociedades científicas, conferenciante en el entorno académico nacional e internacional, director de excursiones científicas internacionales, director de cursos de formación universitaria, dirección de la arqueología ambientalista de una veintena de grandes obras públicas, director y comisario de exposiciones arqueológicas, director de proyectos museísticos y de producciones videográficas de divulgación científica, creación y dirección de empresa spin-off con la calificación de Agente Tecnológico de Andalucía y premios institucionales, asesoría técnica oficial de organismos públicos y de empresas nacionales y extranjeras. Ha desarrollado su actividad profesional en la Universidad de Granada y en otras universidades, institutos de investigación y museos del país y extranjeros, tal como especialmente destacan el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, el Instituto Tecnológico y Geominero (ITGME) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, el Instituto de Geología de la Academia de Ciencias de Hungría, la Universidad de Uppsala en Suecia y el Instituto de Historia de la Cultura Material de la Academia de Ciencias de Polonia, como becario, profesor de investigación, profesor de cursos de doctorado o conferenciante invitado. Entre sus publicaciones cuentan Siliceous Rocks and Culture (VI International Flint Symposium), Flint Production and Exchange in the Iberian Southeast (Instituto Tecnológico y Geominero de España), La gestión del impacto arqueológico en carreteras (Arkaion, SCA), y más recientemente Village on wealth and resistence en the paradise. The Millaran and argaric chiefdoms in the Iberian Southeast (Routledge), Una hermenéutica de la arqueología del mar. Las pesquerías bereberes de corrales de piedra de la Chipiona andalusí (Antiquitas) o De la memoria idrisiana y arqueológica del Ribāt al-Munastῑr almorávide de Las Mezquitas (Chipiona, Cádiz), en la Fundación al-Idrisi.

Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Sevilla, en la actualidad ocupa una plaza de Catedrático de Universidad del área de Comercialización e Investigación de Mercados. Aunque la mayoría de su trabajo como docente e investigador universitario lo ha desarrollado en la Universidad de Sevilla, también ha impartido docencia en las Universidades de Extremadura, Cádiz (sede de Jerez), Internacional de Andalucía (sede de Sevilla y de La Rábida), York St. John (Faculty of Business & Communication en Inglaterra), Pinar del Rio (Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales en Cuba), Universidad de Lisboa (Lisbon School of Economics & Management en Portugal), y en la Universidad de Los Lagos (campus de Santiago de Chile). Ha desarrollado, además, docencia en diversos títulos propios de la Universidad de Sevilla, entre ellos, cursos académicos dentro del Máster en Dirección Hotelera, curso de Especialización en Revenue Management Hotelero y curso Experto en Executive Program in Retail Management. Ha desarrollado, además, docencia en diversos títulos propios de la Universidad de Sevilla. Junto a ello, ha impartido conferencias en diversos foros nacionales e internacionales, participado en proyectos de innovación docente, como ponente en jornadas docentes universitarias, ha sido director de jornadas académicas universitarias, así como de concursos de ideas de proyectos empresariales en el ámbito universitario. Ha realizado más de 130 publicaciones de carácter científico, entre ellas libros, capítulos de libro, aportaciones a congresos y jornadas nacionales e internacionales, y artículos. Ha asistido a unos 50 congresos científicos, en su mayoría internacionales, habiendo sido miembro del Comité de Honor, del Comité Científico y del Comité Organizador. Además de ser revisor habitual de diversas revistas científicas, es miembro del Editorial Review Board de la Journal of Innovation & Knowledge (JCR de Cuartil 1) y lo fué durante 4 años (2012-2016) de la Journal of Business Research (JCR de Cuartil 2). Dentro del ámbito de la investigación y de la transferencia de conocimiento, ha participado en 22 proyectos, financiados tanto por empresas y organizaciones privadas (Guadaltel, Sdos, Pangea-Viajes de Autor, Knowdle Media Group, Corporación Tecnológica de Andalucía, Cámara de Comercio de Sevilla, Meliá Hotel International, etc.), como por diversas Administraciones e Instituciones Públicas (Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Sevilla, Centro Investigaciones Sociológicas-CIS, Instituto Nacional de Administración Pública-INAP, Diputación Provincial de Sevilla, etc.), siendo en 10 de estos proyectos investigador principal del grupo de trabajo. Ha participado en 22 proyectos, financiados tanto por empresas y organizaciones privadas (Guadaltel, Sdos, Pangea-Viajes de Autor, Knowdle Media Group, Corporación Tecnológica de Andalucía, Cámara de Comercio de Sevilla, Meliá Hotel International, etc.), como por diversas Administraciones e Instituciones Públicas (Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Sevilla, Centro Investigaciones Sociológicas-CIS, Instituto Nacional de Administración Pública-INAP, Diputación Provincial de Sevilla, etc.), siendo en 10 de estos proyectos investigador principal del grupo de trabajo.A lo largo de su carrera profesional ha desarrollado diversos puestos de gestión tanto en el ámbito académico como en el de la gestión pública. Dentro del académico destaca haber sido 4 años Secretario de la Escuela de Estudios Empresariales de la Universidad de Sevilla, y durante 3 años más Director del Centro Universitario antes citado. También ha desarrollado una intensa labor de gestión dentro de la Administración Pública Local, habiendo ostentado cargos relacionados con las áreas de Turismo y Urbanismo. Es el caso de la Vicepresidencia y la Gerencia del Consorcio Turismo de Sevilla, la Coordinación General de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, la Vicepresidencia de la Gerencia Municipal de Urbanismo, la Vicepresidencia de la Empresa Municipal de Vivienda, Suelo y Equipamiento del Ayuntamiento de Sevilla, la Delegación de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla.También ha sido miembro de Consejos de Administración de diversas empresas y organismos públicos, entre ellos, el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla, el Patronato del Real Alcázar de Sevilla y la Autoridad Portuaria de Sevilla. En el campo universitario actuó como evaluador externo del primer y segundo Plan Nacional de Evaluación de Calidad en las Universidades (PNECU), en diversas titulaciones relacionadas con la Administración y Dirección de Empresas y el Turismo en las Universidades de Deusto (sede San Sebastián), Oviedo (sedes de Oviedo y Gijón), y Politécnica de Valencia (sede Gandía). Desde enero de 2013 hasta la actualidad, es Director de la Cátedra de Empresa «Metropol-Parasol» para la Gestión de Espacios Urbanos Comerciales, Turísticos y de Ocio de la Universidad de Sevilla, en la que colaboran la empresa Sacyr y la Asociación de Hoteles de Sevilla y Provincia.

Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla, donde realizó su licenciatura y doctorado y es docente desde 1988. Su principal actividad investigadora se ha centrado en la Historia de la Iglesia, en el estudio de la participación de los católicos sevillanos y andaluces en la vida pública en la Edad Contemporánea sobre la que ha publicado una decena de libros y más de medio centenar de trabajos. Sobre esta temática, que incluye también a los movimientos y organizaciones secularizadoras y laicistas, ha publicado una decena de libros y más de medio centenar de trabajos entre los que sobresalen Política e Iglesia durante la Restauración. La Liga Católica de Sevilla, 1901-1923 (1995), Beato Marcelo Spínola y Maestre (2002), Catolicismo y Comunicación en la Historia Contemporánea (2006), “La Acción Católica en el arzobispado de Sevilla durante el pontificado del cardenal Ilundáin y Esteban” (2008), La confrontación católico laicista en Andalucía (2012), La Iglesia en Andalucía durante la Guerra Civil y el Primer Franquismo (2014), “Historia religiosa sobre Andalucía contemporánea. Últimas investigaciones y tendencias” (2017). Está vinculado y ha dirigido distintos grupos y proyectos de investigación relacionado con estas temáticas. Ha sido miembro de la Comisión de Historiadores en las Causas de los Mártires de las Diócesis de Sevilla (presidente) y Jaén. Es miembro fundador de la Cátedra Beato Marcelo Spínola de Historia de la Iglesia Andaluza, de la Asociación Española de Historia Religiosa Contemporánea y de la Academia de Historia de la Iglesia en Andalucía. También es un especialista en la Historia de la Masonería, tema sobre el que es autor de varios libros y numerosos artículos, presidiendo el Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española (CEHME) desde 2015.

Francisco Salvador Ventura es Catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Granada. Doctor en Historia por la Universidad de Granada (1988), Doctor Europeo en Historia del Arte por la Universidad de Murcia (2006) y Doctor en Filosofía por la UNED (2019). Entre sus líneas de investigación destaca la que inició con motivo de la realización de su tesis doctoral en Historia, dedicada al estudio de la Antigüedad Tardía en Hispania meridional. Dentro de ella ha puesto especial atención a cuestiones relacionadas con el monacato, como en la reciente publicación del artículo “Secundum Regulam: cuidados y asistencia a enfermos y ancianos en las reglas monásticas hispano-visigodas”, Dynamis 39, 2 (2019); y se ha visto ampliada en los últimos años con su preocupación por temas historiográficos de ese mismo periodo histórico, como en el reciente artículo “La Historia Wambae de Julián de Toledo y sus caracteres de historiografía clásica”, Habis 50 (2019). Ha sido Profesor visitante en el CALTECH (California Institute of Technology) de Pasadena (EEUU), en la Università degli Studi della Basilicata (Italia), en la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México D.F. (México) y en la Universidad de Buenos Aires (Argentina); así como conferenciante invitado y congresista en reuniones científicas celebradas en universidades de España, Italia, Francia, Portugal, Reino Unido, Dinamarca, EEUU, Argentina, México y Cuba.

Doctor en Filología Clásica e Historia Antigua por la Universidad de Salamanca, 1972 y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Bolonia en 2002. Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Cantabria desde 1978 y Catedrático Emérito de la Universidad de Cantabria desde 2015. Su actividad investigadora se ha centrado especialmente en la historia de Roma y del Imperio Romano en la Antigüedad Tardía y del Cristianismo como fenómeno social en la Antigüedad y sus relaciones con el Judaísmo y el Paganismo. Ha quedado reflejada en más de ciento cincuenta publicaciones en forma de libros, ponencias en Congresos y artículos en revistas científicas en español, italiano, francés, alemán e inglés. Ha dirigido o participado como ponente en más de cien Congresos y Encuentros internacionales sobre su especialidad y ha dirigido 10 Tesis doctorales. Profesor Invitado habitual en diversas Universidades italianas, especialmente, Bolonia, Roma Sapienza, Torino, Perugia, Catania, Mesina… Es miembro del Consejo Científico de numerosas revistas de su especialidad españolas y extranjeras. Ha sido Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cantabria, Director del Departamento de Historia Antigua y del Departamento de Ciencias Históricas. Consejero de Cultura, Educación y Deporte, Gobierno de Cantabria, entre 1982-1984. Acádémico correspondiente de la Real Academia de la Historia desde 1999. Vocal de la Comisión Evaluadora de la de la Actividad Investigadora de los Profesores Universitarios nombrado por el MEC. Presidente del comité organizador de la 4 Conference de la European Association for the Study of Religions, Science of Religions, de la 6 de la Sociedad Española de Ciencias de los Religiones, y del Congreso Nacional “Menéndez Pelayo en su Centenario”. Organizador y Director (con J. A. García de Cortázar) de 28 Cursos de “Historia del Monacato” en el Centro de Estudios del Románico de Aguilar de Campóo (Palencia), desde 1987 hasta 2014, como también de 20 Encuentros de Estudiosos españoles y extranjeros sobre “Historia de las Religiones” en Cosgaya (Cantabria), desde 1994 hasta 2014. Ha sido Presidente de la Sociedad Española de Ciencias de la Religiones y de la Asociación Cultural “Cantabria Nuestra”, como también desde 2008 Presidente de Honor Vitalicio de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones. Vocal de la Junta Directiva de la Real Sociedad Menéndez Pelayo, del Comité Científico de 8 Revistas españolas y extranjeras, de los Comités Científicos u Organizadores de 10 Congresos en España y 16 Internacionales y Director u Organizador de los Cursos de Alta Divulgación Histórica en la Universidad de Cantabria, Ateneo de Santander y otras instituciones.

Rábitas, ribats y almonastires. Las enseñanzas de Guardamar del Segura (Alicante)

El ribâṭ de las dunas de Guardamar, en la costa mediterránea y en la misma desembocadura del río Segura, son los restos arqueológicos y arquitectónicos más antiguos conservados hasta el momento de las râbiṭa/s de al-Andalus.

Un antiguo lugar de ribâṭ de fines del siglo IX que a mediados del siglo X -en concreto en el año 944 según reza su lápida fundacional y al tiempo de la construcción de la ciudad palatina califal de Madînat al-Zahrâ’ en Córdoba-, se va a transformar arquitectónica y funcionalmente en una râbiṭa

Râbiṭa que según sus restos arquitectónicos se nos presenta como un espacio cerrado de carácter y uso cenobítico o monástico generado a raíz de su origen como lugar tradicional de peregrinación. Dinámica que se extrae de la lectura de los diversos espacios del monumento, al que se accede por un gran patio abierto o saḥn, de recepción de peregrinos o visitantes, en el que se identifican una serie de pequeñas estancias o habitaciones para su acogida, con acceso libre y directo a una excepcional mezquita que, por la concentración de grafitis o inscripciones espontáneas de sus visitantes en el muro de su qibla y junto al miḥrâb, sugiere podríamos estar ante una mezquita-cementerial dedicada a un santón o personaje religioso relevante a quién estaría dedicada la râbiṭa.

Este espacio abierto tiene limitada la entrada al interior de la râbiṭa por un muro con ingreso en codo. Sólo pueden acceder al interior aquellos peregrinos con intención de hacer ribâṭ o de entrar en el cenobio. Espacio reservado en el que se encuentran las mezquitas fundacionales, levantadas por devotos particulares según el texto de la lápida, frente a la gran mezquita de la comunidad o masŷid al-yamâ’, en atención a su tamaño y su centralidad en el complejo.

Por una pequeña puerta en su muro de la qibla y por un estrecho paso al exterior y en su extremo oriental se accede al espacio más privado del complejo cenobítico, el compuesto por más de una veintena de estancias con miḥrâb reservadas exclusivamente a los morabitos o musulmanes recluidos voluntariamente para hacer vida de ribâṭ.

Estructura, planta y funciones del complejo edilicio que nos permiten identificarlo como un centro cenobítico, de apariencia monacal, y de carácter permanente destinado a acoger a todo musulmán dispuesto a realizar la ŷihâd en defensa del Islam.

El ribâṭ de Guardamar es la râbiṭa monasterial más antigua de al-Andalus y precedente cronológico y religioso de las posteriores y populares zâwiya/s.

La arquitectura monástica en la España medieval. La fábrica como ilustración de un conflicto social  

Cuando se inicia la Edad Moderna en España, nos encontramos monasterios que ocupan el paisaje correspondiente a la arquitectura medieval. Estos grandes monasterios muestran unas enormes fábricas que en su mayoría ninguna ha sido concluida siguiendo el prototipo correspondiente a los principios programáticos de carácter ideal de los padre fundadores. Por otro lado,  los monasterios también acusan, como el resto de los grandes edificios medievales, un lento proceso de construcción, que no puede evitar adaptarse, en lo funcional de sus espacios, a la cambiante práctica del costumario. Así apreciamos aspectos que han sido considerados definitorios de una orden según los principios fundacionales, cuando en realidad se han originado en función de otras necesidades estéticas, constructivas o espaciales y, lo que es más importante, en un tiempo en el que los principios no son tenidos en cuenta. Ni que decir tiene la importancia de una estética o unos recursos técnicos que no corresponden con el proyecto original.

Esta lentitud en la materialización del edificio es una consecuencia directa de los medios económicos disponibles en el «arca de la obra». Pasado el empuje de los inicios de una fundación, la administración del «arca de la obra» deja de funcionar directamente en relación directa con los ingresos reales del monasterio. Así encontramos que la pujanza del monasterio se mantiene durante un tiempo y la conclusión de los grandes espacios monasteriales representativos, iglesia y claustro, detienen su construcción o al menos continúan muy lentamente. Todo el esfuerzo se pone en obras de carácter funcional muy práctico. Si con el trascurso del tiempo, uno o dos siglos después, se produce un florecimiento de la economía se podrán reemprender con monumentalidad lo que todavía está inconcluso. Estos altibajos económicos son causados por el éxito social de la orden religiosa. El hombre medieval, preocupado por la vida eterna y la posteridad de su memoria, buscó en cada momento aquellos monjes que practicaran una vida de plena dedicación a Dios. Para ellos construyó importantes monasterios donde se rezase para asegurar su salvación y su cuerpo fuese velado por los millones de oraciones que aquellos monjes rezarían en el transcurso de los siglos. La generosidad de los hombres confirieron a las comunidades un confort que nada tenía que ver con los ideales de pobreza predicadas por los reformadores. Cuando moría el benefactor, los monjes elegidos ya no eran los más pobres, se habían olvidado de la humildad y de la sobriedad de sus costumbres. Una nueva orden venía a ocupar la preferencia de los fieles. Ni a los hijos del noble que había elegido un monasterio como su morada eterna les interesaba seguir ocupándose de la vieja fundación y de sus custodios, habían puesto también sus esperanzas en otros mojes que surgían con unos ideales renovados. Mientras tanto el esplendor de los edificios del monasterio languidecía sin haber alcanzado su conclusión.

El reto de las fuentes literarias. La hagiografía de época visigoda

Las Vitae de santos habían tenido un cierto éxito en los ambientes aristocráticos, monásticos y eclesiásticos en Occidente a partir de la importación de modelos narrativos orientales en el siglo IV. El relato sobre los miracula atribuidos a los sancti uiri suponía un reclamo para las visitas a sus supuestas tumbas y a la veneración hacia sus reliquias. El proceso contribuía al prestigio de las memoriae sanctorum, de los lugares sagrados que congregaban la afluencia de fieles y la emisión de relatos orales sobre sus vidas milagrosas. Fue de centros monásticos y eclesiásticos -ligados de un modo u otro a esos núcleos de tradición sobre los santos- de donde emergieron las Vitae. La ciuitas en la que dicha tradición estaba asentada, y el obispo que estuviera al frente de la capitalización del proceso, se beneficiaban de la proliferación de la fama de los santos.

Hay por lo tanto una mediatización no solamente religiosa, sino también social, económica e incluso en ocasiones también política en la emisión de las Vitae. En este panorama general, la Hispania de época visigoda no fue una excepción. El reino visigodo se había consolidado durante el siglo VI, y algunas de las Vitae que nos van a interesar en la conferencia tienen que ver con momentos y lugares ligados a dicha consolidación. Es el caso de Emerita (Mérida). Allí, en al menos dos fases diferentes en el siglo posterior, el VII, se puso por escrito el conjunto de tradiciones ligadas a las reliquias de la sancta patrona local Eulalia y, sobre todo, al papel de los obispos en la capitalización de su culto. El texto, con todas las precauciones que la hagiografía obliga a tomar, es un mosaico de situaciones, de informaciones, que resultan apasionantes no solamente para la historia de una de las ciudades más importantes de la Hispania tardoantigua, sino para la compresión de la consolidación del reino visigodo.

Con una óptica diferente, la Vita Aemiliani de Braulio de Zaragoza, igualmente escrita en el siglo VII (como el texto emeritense) también informa sobre hechos del siglo VI y con la ampliación que del reino llevó a cabo Leovigildo. De este modo, ambos textos proporcionan informaciones de una misma época en escalas geopolíticas muy diferentes. Otros textos, como la Vita Desiderii escrita por el rey Sisebuto, serán mencionados en el contexto global de la conferencia. Se pretende explicar algunas de las claves para comprender la hagiografía visigoda en su contexto histórico, por un lado, y su papel como fuente para el conocimiento del reino godo en Hispania, por otro.

La historia social y económica del primer monacato hispano

El monasterio es presentado en las fuentes tardoantiguas como una unidad perfecta de creyentes, modelos morales sometidos a unas renuncias codificadas por las instrucciones del superior, paulatinamente por el establecimiento de reglas, que conformarán unidades de convivencia en una harmónica unidad de bienes. El monje renuncia al mundo, al sexo y a la propia voluntad, se hace humilde a los ojos de Dios y en el futuro no poseerá nada propio. Ahora bien, los monasterios, además de unidades de convivencia religiosa en aras de la salvación, constituyen simultáneamente comunidades auto-reproductivas, capaces de abastecerse a sí mismas en cuanto organismos de actividad económica. Eso exigirá acaparar propiedades, el monje será individualmente pobre, pero la comunidad acumulará propiedades que le permitan su supervivencia. En este nuevo salto cualitativo será necesaria otra adaptación, una ética económica que salvando la idea de pobreza individual y la comunidad de bienes, no pusiese en entredicho la acumulación colectiva de riqueza. Una ética donde se asume que la dedicación a la oración y a la salvación no está reñida con la toma de conciencia de la importancia del mundo material y del trabajo, al tiempo que se reconoce que las tareas físicas cotidianas pueden ser una parte vibrante de la propia fe.

Las reglas visigodas que nosotros vamos a estudiar aquí participan plenamente de estos planteamientos. Son una combinación eficaz de renuncia, de sometimiento de todo deseo que debe ser sustituido por la templanza, de contención de cualquier manifestación de orgullo o vanidad, de control férreo de la voluntad en suma. Pero, además, dedican a la ordenación productiva de las comunidades un lugar destacado. Y esto, que vale para todas, es especialmente evidente en el caso de la Regla de Isidoro, cuyas disposiciones hacen de ella un verdadero manual de economía doméstica. Los monasterios son asentamientos agrarios que se organizan de acuerdo a los mismos criterios de rentabilidad y afán de autosuficencia que las medianas y grandes propiedades contemporáneas. En la mayoría de los casos son espacios precedentes, difíciles de identificar de manera concreta, que se adaptan a las necesidades de la comunidad que los habita.

La restauración franciscana en España. El Santuario de Regla como pionero

La conferencia comenzará con una descripción de la Orden franciscana (1ª Orden: observantes, descalzos y capuchinos) en España antes de la Exclaustración: número de frailes, conventos y provincias. Se aludirá a la situación creada por la bula Inter graviores curas (1804), que creó una jerarquía nacional que alternaba ministros y vicarios generales españoles con jurisdicción solo para España, ya que esto determinó el proceso de restauración. Del mismo modo se señalará lo establecido por los decretos de exclaustración de 1835-1836, sobre todo lo relativo a los colegios de misioneros para Filipinas, Tierra Santa y Marruecos. A continuación se estudiará la creación de los comisarios apostólicos por parte de la Santa Sede en 1838, de los que dependieron los religiosos españoles hasta 1885 (capuchinos) y 1904 (observantes y descalzos). Seguidamente se abordarán las posibilidades que el Concordato de 1851 ofrecía para restaurar la Orden. Se estudiarán los diversos intentos de restaurar la Orden entre los capuchinos y los observantes. Los primeros para las misiones de Puerto Rico (El Pardo y Loja 1866) y Mesopotamia (Arenys de Mar 1865), y los observantes y descalzos fundamentalmente para Tierra Santa, Marruecos y Filipinas, y también para América. Se subrayará la importancia decisiva para la restauración de los observantes del colegio de San Miguel de la Victoria de Priego (Cuenca), para las misiones de Tierra Santa y Marruecos, inaugurado solemnemente en 1856 y su traslado en 1862 al convento de San Francisco de Santiago de Compostela. Del colegio de Santiago tuvo origen el de Ntra. Sra. de Regla de Chipiona, en 1882, donde tuvo un protagonismo del todo particular el P. José Antonio Lerchundi, prefecto apostólico de las misiones de Marruecos, que antes había sido rector de Santiago. También se aludirá a la importancia de los colegios de San Pascual de Aranjuez (1852), trasladado a Pastrana en 1855, para formar misioneros para Filipinas, en torno al que se fue restaurando la provincia de San Gregorio de Castilla, y al de San Francisco de Bermeo, para Cuba, Puerto Rico y Fernando Póo, del que resurgiría la provincia de Cantabria (1886).

La restauración borbónica, obra de Cánovas del Castillo, a partir de 1875, posibilitó la restauración de las provincias franciscanas (entre 1886 y 1933), no todas ni siempre en correspondencia con las antiguas, en algunos casos teniendo como centros propulsores los colegios de misioneros y en otros casos conventos significativos o santuarios que se reconvirtieron en parte en colegios de misioneros. Los capuchinos no dependieron de los colegios de misioneros, sino que fueron abriendo antiguos y nuevos conventos (los primeros en 1877 en Antequera y Sanlúcar). Se aludirá también a la restauración de los franciscanos conventuales en 1905, en Granollers, que habían sido expulsados de España en 1567 por Felipe II.

Formas de religiosidad en al-Andalus: prácticas, creencias y espacios

Las sociedades islámicas premodernas ocuparon un vasto espacio geográfico que se extendía desde la Península Ibérica y el continente africano hasta Asia oriental. Los viajeros como el tangerino Ibn Battuta (s. XIV) que recorrieron ese espacio se reconocían en muchas de las prácticas y creencias religiosas de los habitantes de esas sociedades, pero también se sorprendían por algunas de ellas. Los musulmanes tenían en común no solo las prácticas rituales obligatorias (profesión de fe, oración, limosna legal, ayuno, peregrinación a La Meca) sino también otras como oraciones supererogatorias, las peregrinaciones a las tumbas de los santos (y la creencia en la capacidad de estos de hacer milagros), la celebración de días especiales como la natividad del Profeta … Estas últimas prácticas eran más susceptibles que las otras de adoptar una coloratura local que diferenciaba a unas sociedades de otras, con variaciones también en el interior de cada sociedad. Estaban sujetas además a controversias, formulándose distintas visiones de lo que era aceptable y de lo que era rechazable, con cambios significativos a lo largo del tiempo y del espacio.

En mi conferencia me centraré en el caso de al-Andalus, aunque tendré en cuenta una perspectiva comparativa con otras regiones. Se analizarán las principales tendencias de la religiosidad islámica, prestándose especial atención al sufismo y a otras tendencias místicas que tuvieron un significativo desarrollo en la Península Ibérica y que influyeron además en otras regiones del mundo islámico, tales como el misticismo filosófico. Un apartado estará dedicado a la religiosidad asociada al activismo militar por parte de los murābiṭūn, aquellos que se dedicaban de forma plena o parcial a la vida de ribāṭ, acudiendo por ejemplo a las zonas de frontera para ayudar en la lucha contra los infieles, pero también para entregarse a prácticas devotas.

Las rábitas de la costa de Sidonia y del atlántico musulmán

El frente marítimo de la cora de Sidonia (kūrat Šiḏūna) en al-Andalus y el litoral occidental magrebí del actual Marruecos ofrecen unas condiciones biogeográficas muy similares: interminables playas que se explayan frente a un mar inmenso, conformando el fin del mundo conocido, un verdadero finis terrae de la tierras del Islam (Dār al-Islām). Eran territorios en los que el misticismo arraigaba por razones obvias: un medio geográfico bravío e ignoto. Frente a ese mar, surgieron fenómenos de misticismo que dieron lugar al surgimiento de la rábita o los ribat. El Estrecho, por tanto, es el lugar de la confluencia entre los dos mares, donde se dieron cita personajes como Moisés o Jāḍir. Analizaremos todos los elementos culturales que propiciaron el surgimiento de este fenómeno del morabitismo en estas tierras andalusíes y magrebíes.

La Regla y la Orden de San Agustín en el Antiguo Régimen

La regla de San Agustín, inicialmente creada para el monacato norteafricano, a lo sumo del Occidente Mediterráneo, de fines del siglo IV, ha sido empleada, a lo largo de los siglos y de los territorios, por distintos grupos cristianos para hacer su vida en común. Premonstratenses, dominicos, agustinos y otros canónigos regulares se sirvieron de ella.

La Orden de San Agustín, o de los ermitaños de San Agustín, nace en el siglo XIII (1244) y se va a extender por la Península Ibérica sufriendo las transformaciones sociales, culturales y económicas de las grandes Coronas Peninsulares (Portugal, Castilla y Aragón). Analizamos, tanto para hombres como mujeres, los procesos de implantación conventual en la Corona de Castilla, con especial incidencia en el ámbito andaluz, y los procesos reformadores en grado de tentativa y de éxito generadas en el seno de la Orden, con especial acento en la Recolección y en sus exigencias ascéticas y espirituales. Otro aspecto a tratar es la creación de los centros de enseñanza, tanto en la Corona castellana como en Andalucía.

La orden, sus miembros y sus conventos, son hijos de las sociedades donde se incardina. Por ello, nos centraremos en el análisis de sus vínculos con la monarquía, con la nobleza y el conjunto social en los distintos territorios donde está presente hasta fines del Antiguo Régimen. Por supuesto, estudiamos la adecuación de la orden agustina al gran reto que supone la incorporación de los territorios americanos y asiáticos a la Corona de Castilla y la necesidad de labor pastoral para los pobladores de los nuevos territorios.

La orden también impulsó nuevas advocaciones que, en no pocas ocasiones, acabaron generando festividades, celebraciones, hermandades, patronazgos y devociones. Su estudio, la forma de incorporarse al acervo colectivo, de generar manifestaciones de religiosidad, también será objeto de nuestra intervención.

El monacato mozárabe en al-Andalus y su desarrollo histórico

La llegada de los árabes a la Península Ibérica transformó sustancialmente la situación de las comunidades cristianas, incidiendo asimismo en los círculos monásticos, que debido a factores diversos experimentaron toda una serie de cambios notables. La situación en la que se encontraban las comunidades cristianas en el siglo IX nos permite entrever una realidad distinta a la mantenida hasta el momento, en la que los monasterios hubieron de desempeñar un papel ciertamente importante. En este sentido, nuestra aportación sitúa al movimiento monacal mozárabe en el seno de una situación “dinámica” como consecuencia de las nueva realidad que se produjo con la llegada del poder árabe-islámico y la delicada herencia recibida del siglo VIII.

El Monasterio de Regla y la semiótica milenaria de una historia sagrada

La historiografía reglense abunda en un historicismo romántico anclado en la mítica escolástica agustina. Aunque el revisionismo finisecular del positivismo franciscano desmontó la leyenda, esta diégesis sagrada es historia oficial y materia de la intrahistoria. La crónica común de una aparición milagrosa de la Virgen de Regla, junto a un ficticio “castillo del fundador” castellano como origen del convento, protagonizan con sentido colonizador este reinicio de la narrativa histórica en la nueva tierra.

Los discursos arquitectónicos y literarios desvelan unas microhistorias monásticas que hilan una nueva historia reglense. Antes de ser fuentes históricas, lo serán porque la arquitectura y la literatura fueron parte agentiva de la historia misma del acontecer, cultura material significativamente constituida, históricamente determinada. Tienen por ello una naturaleza textual y semiótica procedente de su mundo de sentido. Su gramática icónica o sintáctica es la forma textual de una semántica pragmática, cuya traducción sólo puede ser una hermenéutica del sentido, con competencia dialógica para hacerse cargo del discurso de mundo que sostienen. Ello permite superar la impedida literalidad historicista, y la proyecta a una abierta comunicación culturalista. Esta nueva historia reglense no es nuestro interés per se, sino un conocimiento repercutido de este objetivo mayor que es en sí una exploración ontológica y epistemológica de la disciplina, un caso de laboratorio donde ensayar la capacidad de la hermenéutica semiótica en la predicación de la argumentación histórica.

 Este estudio de la arquitectura reglense es antítesis de la arqueología de la arquitectura propia del país, de la arqueología neohistoricista harrisiana y paramental. El Ajimez Salvado es un foco semántico y núcleo de predicación argumental de la microhistoria del lugar. Asistimos no más que a la sempiterna y corriente mudanza entre iglesia y mezquita: de monasterio a almonastir a convento, al son de las temporalidades en las que cada religiosidad contiene su existencia. Es un trasiego iterativo abrahámico del testigo ritual de la edilicia cultual, el curso compartido de hibridación semiótica entre la cristiandad y la islamicidad propio del mediodía del país, por más que un depósito de toda la metamorfosis histórica cristiana acaecida. Un originario monasterio visigodo centro de un poblado monacal, fue catapultado por la Ḏimma andalusí a una larga vida mozárabe, hasta ser convertido en un ribāt de la yihad almorávide, mezquita fortificada de un almonastir. Para después volver a empezar, reconvertirse el “castillo mahometano” en “convento fortificado” agustino, hacer las américas y el imperio de la hispanidad, y culminar como Santuario mariano franciscano del Estado Español. Por su parte, la semiótica lingüística de las fuentes literarias colacionadas por la historiografía reglense, permite introducirnos en la historia de estas fuentes, y trascender el irrelevante objetivismo historicista de su literalidad. La lingüística textual y del discurso de la Vita Fructuosi y del Nuzhat al-mushtȃq de al-Idrisi, el análisis cualitativo de las millas fructuosianas e idrisianas en resumidas cuentas, sirven el juicio de una nueva semántica pragmática de la referencia histórica: del Cenobio Nono de San Fructuoso en la Tebaida Bética y de Las Mezquitas del Camino de Agua de Sidonia, antes de ser nuestro Convento de Regla de Chipiona.

El nuevo turismo y la gestión inteligente de destinos: las ciudades y municipios turísticos de Andalucía 

Antecedentes

Cuando a finales de enero del pasado 2020 el profesor Ramos Millán se puso en contacto conmigo ofreciéndome participar en estos Seminarios, resultaba imposible para ambos imaginar lo que se avecinaba tan solo unos meses después. En aquel momento, los telediarios y la prensa europea hacían muy breves referencias a una enfermedad vírica que comenzaba a propagarse por Wuhan, una región de la República Popular China hasta entonces bastante poco conocida entre la mayoría de la población del resto del mundo. Ese contacto coincidió en el tiempo con el primer caso de Covid 19 en España, en la isla de la Gomera para ser más concreto. Era padecido por una persona de nacionalidad alemana que había viajado en grupo a la Comunidad Canaria en viaje de placer. El enfermo presentaba con los días una evolución positiva, lo que favoreció una valoración tranquila de la situación. Parecía que nada había que temer. La historia, desgraciadamente, año y medio después todos la conocemos. Tras concretar mi presencia en las Jornadas, pensé en disertar sobre los cambios en la estrategia de comercialización que debían acometer las entidades responsables de la gestión de destinos y municipios turísticos andaluces, dentro de un escenario competitivo muy dinámico y complejo caracterizado por fuertes cambios tecnológicos y económicos, así como por otros de índole social que la década que iniciábamos permitía aventurar. Y de ello hablaré en la conferencia, desde luego, porque a mi juicio siguen siendo estos factores condición necesaria para comprender algunas tendencias, segmentos y mercados emergentes con los que trabajaremos. No obstante, transcurrido año y medio desde entonces y ante la durísima crisis sanitaria vivida, cabría señalar que su comprensión ya no es suficiente, ante un escenario de partida absolutamente diferente al que inicialmente había considerado. Cuando escribo estas líneas (enero de 2021), se inicia el período de vacunación contra la Covid 19 en España y gran número de países de nuestro entorno. En este momento para la mayoría de actividades y sectores económicos, más si cabe en el ámbito turístico, pocas certidumbres existen aún. Entre ellas se encuentra que Andalucía está intentando recuperarse del peor año para la economía y empleo de su historia reciente, tanto en términos cuantitativos como cualitativos. Los cierres y las pérdidas de nuestro tejido empresarial (también del español y europeo) han sido enormes, dadas las restricciones a la movilidad y la reducción de la demanda y el consumo. El daño social entre los trabajadores es brutal, con índices de desempleo groseros e insoportables para una sociedad andaluza donde llueve sobre mojado, en la que resultan muy superiores incluso a los sufridos durante la crisis financiera y del ladrillo del 2008.

Y todo ello, a pesar de la puesta en marcha de políticas potenciadoras de la demanda por parte el Estado Español y la Unión Europea, con las que se intentaba paliar los devastadores efectos de la pandemia. Afirmar ante el cualificado foro que asistirá a esta conferencia que Andalucía tiene en el turismo una de sus principales fuentes de riqueza económica y de empleo, es aportar información de muy poco valor añadido. Según los datos recogidos anualmente en el Balance del Año Turístico publicado por la Junta de Andalucía, los ingresos por turismo alcanzaron en el año 2019 casi un 15% del Producto Interior Bruto andaluz, estimándose en unos 425.000 trabajadores la media de población ocupada de modo directo en actividades turísticas en Andalucía. Para nuestra comunidad, el sector del turismo tiene unos efectos directos e indirectos en el sistema productivo muy relevantes que se estiman en alrededor de 30 mil millones de euros, con un efecto multiplicador de 1,52 sobre el resto de la economía andaluza. El efecto multiplicador señalado refleja la gran dependencia que otros sectores tienen en Andalucía de la actividad turística, lo que ha supuesto que el impacto de la Covid 19 sobre el PIB turístico ha tenido, además, una influencia decisiva en la drástica reducción del PIB global de la comunidad autónoma, así como en las cifras de desempleo que sufrimos. Pero junto a la vertiente puramente cuantitativa ya mencionada, existen otros elementos de naturaleza cualitativa que también se han visto duramente afectados por esta pandemia en el sector turístico. Con ello me refiero, entre otros, a la imagen de marca de Andalucía como destino, así como a su influencia sobre el resto de territorios, ciudades y municipios que bajo su paraguas desarrollan su actividad en el sector. La marca es, en la actualidad, el activo estratégico más importante de cualquier empresa u organización en el mercado, independientemente del sector de actividad en que compita. Para destinos y empresas turísticas esta variable es clave en el comportamiento del visitante, bien como elemento facilitador o inhibidor de su elección. Aunque la pérdida de confianza del turista en la seguridad que ofrecen los viajes ha sido generalizada en todo el mundo, las marcas turísticas que se encuentran posicionadas bajo el paraguas España y Andalucía se han visto afectadas claramente por esta circunstancia, ante la fuerza con que la pandemia ha asolado nuestras regiones y ciudades. Este escenario genera un factor inicial de rechazo que resulta necesario combatirlo eficazmente, ya que el turista apuesta, como siempre ante desastres de este tipo, por destinos que aseguren su salud y seguridad, buscando lugares cercanos que certifiquen el cumplimiento de los dos factores y reduzcan, con ello, la incertidumbre que el viaje genera. De cualquier modo, la dureza de la pandemia y su elevado grado de influencia sobre nuestro desarrollo económico no debe hacernos olvidar que, con anterioridad a la misma, nuestros destinos ya tenían ante sí retos suficientemente potentes como para ser tenidos muy en cuenta por sus gestores. Términos como «overtourism», turismofobia o gentrificación, entre otros, resultaba bastante usual verlos impresos a finales del año 2019 en primeras páginas de muchos periódicos o revistas, así como escucharlos o verlos en programas de radio y televisión, en formatos online u offline, en gran parte del mundo. Refleja este hecho una situación propia de territorios que con anterioridad a la expansión de la Covid 19, ya recibían enormes flujos de visitantes que desbordaban ampliamente su capacidad de carga. Aunque estos fenómenos no habían afectado todavía intensamente a destinos andaluces, sí convenía tener en cuenta sus causas para evitar ser afectados por ellos. Pueden ser estas de diversa naturaleza: tecnológicas (avances en transportes e infraestructuras, conectividad digital, facilidad online de consulta y adquisición de bonos de viaje, etc.), económicas (reducción en costes de desplazamientos, mejora de determinados colectivos y países emergentes fuera del entorno geográfico occidental, etc.), sociológicas (mayor importancia al ocio, puesta en valor de los viajes como referente de progreso, etc.) o demográficas (aumento en la esperanza de vida de capas sociales con tiempo libre, etc.). Las consecuencias que generó este desbordamiento turístico en determinadas ciudades y destinos fueron múltiples y, en algunos casos, muy visibles. Impactos negativos sobre el medio ambiente, recursos naturales y espacios físicos que sirven de alojamiento y ocio a los visitantes, sobre la realidad sociocultural y dinámica de vida habitual de los residentes, una desorbitada presión sobre las infraestructuras y la movilidad de los territorios, o un desigual reparto de la riqueza y los beneficios económicos que la actividad turística genera en el destino entre los diferentes agentes que intervienen en los intercambios, podrían ser algunos de ellos.

Objetivos

En el contexto descrito se encuadran y toman sentido las valoraciones y análisis que serán efectuados a lo largo de la exposición. Tomando éste como referencia, a continuación se detallan el objetivo principal, además de la estructura o índice básico de apartados y contenidos que se abordarán en la conferencia. Siguiendo el esquema señalado, el objetivo principal de la intervención será el de reflexionar en torno a la necesidad de implementar un nuevo concepto de gestión de marketing en destinos, ciudades y municipios turísticos, alejado necesariamente de postulados tradicionales previos a la pandemia en los que resultaban extraordinariamente primados aspectos de naturaleza transaccional, cortoplacista, operativa y, casi exclusivamente, cuantitativa. En estos últimos el éxito se medía, fundamentalmente, en términos de número de visitantes, pernoctaciones en alojamientos en destinos e ingresos brutos que lograban acumular las empresas del territorio durante el período de tiempo estudiado. Esta orientación clásica, propia de enfoques económicos neoliberales, debería ser sustituida por otra que interprete el marketing de destinos como un proceso proactivo, estratégico, cualitativo y transversal que, otorgando máxima relevancia a la incidencia sobre el medio ambiente de la actividad turística, persigue el desarrollo económico, social y cultural del territorio, la generación de valor y experiencias a los visitantes, así como la justicia distributiva de los beneficios que del mismo se obtienen entre proveedores de servicios y residentes. Se apuesta, en definitiva, por una gestión del marketing de destinos:

1) Orientada a la generación de experiencias, emociones y satisfacción de motivaciones reales del visitante, y no a los propios productos turísticos y al precio que se paga por los mismos;

  • Favorecedora de la capacidad de adaptación de las organizaciones y empresas turísticas al entorno en que operan, y no ofuscada por intentar desarrollar un control absoluto del mismo;
  • Defensora de la idea de gestión de marketing como un proceso global y transversal de responsabilidad compartida entre todos los agentes participantes su desarrollo, y no de una función empresarial adjudicada en exclusiva a las entidades encargadas de su promoción y comercialización;
  • Comprometida con la necesidad de segmentar, seleccionar al visitante, posicionarse en el mercado, innovar y diferenciarse, así como con la optimización de relaciones con aquellos clientes que resulten de interés recíproco (valor de vida), y no en la obtención indiscriminada de visitas sin vocación de continuidad que conduzcan a una sobrecarga generalizada del destino;
  • Implicada en el uso de sistemas de inteligencia y tecnologías predictivas que favorezcan la comprensión verdadera del mercado y sus necesidades, y no en la toma de decisiones por intuición o criterios político o subjetivos, exclusivamente.
  • Potenciadora del desarrollo de estrategias conducentes a la generación y aportación de valor al visitante haciéndole partícipe de su creación, y no simplemente del disfrute de la misma basada en la toma unidireccional de acciones comerciales;
  • Preocupada por la utilización de herramientas que favorezcan la confianza en el destino, así como por estar presente en las relaciones horizontales mantenidas entre visitantes vía conectividad digital, y no exclusivamente por las tradicionales relaciones verticales de corte publicitario o promocional mantenidas entre empresas y visitante;
  • Generadora de un nuevo recorrido del visitante cuyo objetivo último sea aumentar el número de personas que actúen como favorecedores y defensores del destino y su marca, y no fortalecedora de una gestión de marketing parcial obsesionada con la captación indiscriminada de visitantes;
  • Proactiva con el respeto al medio ambiente y el comportamiento ético en las actividades realizadas, y no con la utilización abusiva e ineficiente de recursos que degraden el espacio físico, social y cultural que sirven de soporte necesario al desarrollo de la actividad turística;
  • Justa en la distribución de la riqueza y los recursos generados en el territorio entre los proveedores del servicio turístico y los residentes, y no al aprovechamiento injustificado de los beneficios obtenidos solo por una parte del sistema.

Estructura

En el intento de alcanzar el objetivo anteriormente definido, la conferencia se estructurará en torno a los cuatro apartados siguientes, que serán desarrollados teniendo en consideración el tiempo asignado a la exposición por los organizadores del evento:

  1. Evolución del concepto destino turístico: aplicación al caso de regiones, ciudades y municipios turísticos andaluces.
  2. Entidades responsables y agentes implicados en la gestión y comercialización de destinos turísticos: estructura y estrategia.
  3. Impacto del nuevo turismo en la gobernanza de destinos: características, factores determinantes, retos y principios esenciales.

Marketing de destinos, ciudades y municipios turísticos andaluces: implicaciones teóricas y prácticas para una gestión inteligente.

La historiografía contemporánea y los estudios de religión

En España, con algo de retraso respecto a otros países de nuestro entorno -como Francia e Italia- hemos pasado en los últimos treinta años, acaso sin ruido ni estridencia, de una Historia Eclesiástica a una Historia Religiosa. Si de aquella puede decirse que estaba realizada fundamentalmente por eclesiásticos, en organismos generalmente dependientes de ellos y con unos planteamientos -tanto en el método como en los temas- que conducían hacia unos resultados claramente hagiográficos en la mayoría de los casos, en la actualidad predomina una Historia Religiosa que se hace desde cualquier ámbito, incluido el universitario que hasta la fecha se había mostrado en general bastante reticente a esta temática investigadora, realizada por profesionales de la historia sin adjetivación religiosa, que siguen los planteamientos y los métodos de las distintas escuelas historiográficas que son propias del momento.

La postergación del clericalismo eclesial a partir del Concilio Vaticano II, de un lado, y sobre todo el triunfo de la secularidad, de otro, se han traducido en lo que respecta a los estudios sobre la religión en un incremento que podemos constatar como notable en lo referido a las distintas épocas (en particular en lo relativo a la época contemporánea) y, también, en el amplio abanico de temáticas a investigar que hasta el momento podían estar postergadas o miradas con recelo por la historiografía eclesial tradicional. Las cautelas que, desde ciertos ámbitos (en particular de los eclesiales), pudieran tenerse en relación con los resultados alcanzados por esta nueva historiografía de lo religioso no debieran ser distintas a las que han de aplicarse siempre que abrimos un libro de historia, inclusivo en lo referido a los posibles sesgos ideológicos que pudieran desvirtuar el carácter científico de la investigación.

El monacato primitivo y su floruit hispanovisigodo

Las distintas formas de monacato surgieron en el Mediterráneo oriental y se fueron extendiendo hasta occidente a través de varias vías, de manera que no tardaron en llegar al extremo occidental, a Hispania. Las primeras y difusas noticias de esta forma de vida datan del siglo IV y, a partir de ahí, se van definiendo con más claridad durante la siguiente centuria, a la par que su difusión se acrecentaba. Sin embargo, la expansión más notoria se produjo durante los siglos VI y VII, aquellos que corresponden cronológicamente al reino visigodo en Hispania. Incluso dentro de esos dos siglos se detecta un punto de inflexión marcado por la celebración del Concilio III de Toledo (589), asamblea conciliar que, además de convertirse en un hito religioso de gran trascendencia, supuso un momento fundacional del reino hispano-visigodo de Toledo, ahora ya católico. No sin ciertas tensiones puntuales con algunas autoridades eclesiásticas, los monasterios contaron a partir de entonces con una buena predisposición por parte de los poderes laicos y eclesiásticos del momento. En ese contexto se puede afirmar que se llegó a una cierta institucionalización de la vida monástica, con fenómenos tan evidentes como la creciente asistencia de abades como representantes de algunas diócesis a los concilios del siglo VII, reuniones sinodales cuya dimensión política se fue acrecentando con el paso del tiempo. Cuando el reino hispano-visigodo se derrumbó a inicios del siglo VIII, el territorio de Hispania estaba poblado de un considerable número de comunidades monásticas que formaban parte del paisaje con el que se encontraron los musulmanes.

La historiografía del monacato hispano en el contexto de Oriente y Occidente

“La imagen tan difundida de un Medieval monástico totalmente benedictino es un lugar común, tan arraigado como históricamente falso. Se trata de una idea que ha alimentado el mito de san Benito padre del monacato occidental, de la civilización religiosa medieval y de Europa tout court” (1).

La falsedad histórica de esta imagen radica en que lo que se denomina observancia benedictina se difundió en Europa solo a partir de la época carolingia, lo que supone un largo proceso de varios siglos de vida monástica en diversos países de Europa, en especial en la Hispania visigótica, donde circularon numerosas reglas monástica de las cuales se nos han conservado una treintena.

El trasfondo o el humus, el ambiente en que surgieron esta plétora de Reglas monásticas fue el Oriente de Mediterráneo. Fue aquí donde surgió y alcanzó su primer y mayor desarrollo la vida monástica tanto en comunidad como en el desierto. La Regla de Pacomio, al que con todo merecimiento se considera el fundador del monacato cenobítico, tuvo enorme expansión en Egipto, pero no se expandió por el Oriente cristiano. Por el contrario, en la segunda mitad del siglo IV se escribió la conocida como Regla de Basilio (de Cesarea) que inspirará hasta nuestros días el muy rico monacato ortodoxo de lengua griega. Sin embargo, en el 404, la Regla de Pacomio fue traducida en su versión griega al latín por san Jerónimo y se puede considerar que este hecho fue el punto de partida de la mayoría de las Reglas Occidentales o Latinas. Por las mismas fechas, en el 397, la Regla de Basilio fue traducida también al latín por Rufino de Aquileya a petición de un abad de Pineto, al sur de Roma. Y por las mismas fechas también, en el África romana de san Agustín surgieron dos textos que pueden ser considerados los más antiguos  occidentales no traducidos del griego: se trata del denominado Ordo monasterii, de circa 395, obra seguramente del amigo de Agustín Alipio para los monjes de Tagaste, de donde era obispo, y el Praeceptum, obra del propio san Agustín para sus monjes de Hipona, redactado el 397. Ambos textos pasarán a la posteridad bajo el nombre de Regula Augustini. Así pues, son estas fechas, finales del IV e inicios del V, las que se pueden considerar como el origen de la “primera generación” de Reglas latinas.

Hasta hace muy pocos años estas primeras Reglas constituían una especie de galimatías en las que nadie sabía moverse en el panorama de un cruce de influencias mutuas con el entrecruzarse de relaciones. El panorama se ha visto aclarado por los lúcidos estudios y las ediciones críticas del erudito benedictino francés Adalbert de Vogüé, una síntesis de cuyos estudios puede ser consultada en su libro Les règles monastiques, Turnhout, 1985. La influencia de Pacomio a través de Jerónimo y de Agustín se manifestó principalmente en el área provenzal e ibérica, así como en el monacato franco-irlandés de Colombano, y también en Italia; por el contrario, la influencia de Basilio parece estar presente solo en este último país.

Un siglo y medio después se produjo otro gran florecimiento de nuevas Reglas teniendo como principales centros creativos Italia, la Galia Meridional, es la época en que vio la luz la Regala de san Benito. Pero antes, y como enlace entre estas dos épocas, surgieron las denominadas Reglas de los Padres.

En la primera mitad del siglo VI desarrolló en el sur de la Galia una gran actividad de reglamentación de la vida monástica, Cesario, monje de Lérins y después obispo de Arles. Suya fue la primera Regla monástica femenina, la denominada Regula ad vírgenes, compuesta para el monasterio regentado por su hermana Cesaria pero que tuvo una gran difusión en todo el monacato provenzal e italiano. En años sucesivos Cesario dedicó gran atención a la regulación de la vida monástica sirviéndose de los textos anteriores de Pacomio y Cassiano y de sus experiencias personales en el importante centro monástico de Lérins que culminaron en la redacción, entre 534 y 542, de su Regula monachorum que no es más que un resumen de la Regula ad vírgenes.

En la misma época de Cesareo, en la primera mitad del siglo VI, al sur de Roma y a poca distancia la una de la otra, surgieron las dos Reglas más importantes de Occidente, la Regla del Maestro y La Regla de Benito. Durante más de medio siglo ha constituido un vivo debate entre los expertos la prioridad y/o dependencia de una respecto a la otra. Hoy en día, y gracias también a los estudios de De Vogüé, se admite la prioridad y la originalidad de la Regula Magistri, la más larga y sistemática de todas la Reglas conocidas.

Otro importante conjunto de Reglas fueron escritas durante la segunda mitad del s. VI y a lo largo del VII, si bien en muchos de los casos se trata de escritos breves, con escasa originalidad y destinadas a comunidades de monasterios concretos. En esta época destaca la personalidad de Colombano, fundador de los importantes monasterios de Luxeuil y Bobbio y al que se deben dos reglas que, sin embargo, tuvieron una carácter muy limitado: una Regula monachorum con una serie de preceptos ascéticos y una descripción del oficio litúrgico y una Regula coenobialis, un simple código disciplinar. Las reglas más numerosas de esta época fueron las redactadas en la Galia: los dos Reglas, masculina y femenina, del obispo de Arlés Aureliano (546-551): la denominada Regula Tarnatensis en cuanto escrita para un monasterio desconocido, se supone de un lugar de nombre Tarnant, en el sur de la Galia; la Regla de Ferreolo, obispo de Uzés entre el 553 y 581 y la Regla de Donato, obispo de Besançon, entre 526 y 658; la Regula Waldeberti, para monjas obra de un monje anónimo de Luxeuil, al igual que la anónima Regula cuiusdam ad virgenes, posterior al 629;  y, por último el fragmento de una Regula psallendo pro sancta devotione dirigida a mujeres y compuesta seguramente en el norte de la Galia a finales del siglo VII.

Aunque la existencia de experiencias monásticas en Hispania desde finales del siglo IV con orígenes especialmente africanos está bien atestiguada y ha sido analizada por P. de la C. Díaz[1] esta es la fecha de composición de la Reglas hispanas visigodas, todas, al parecer del siglo VII: la Regla de Isidoro, obispo de Sevilla, escrita hacia el 615-619; la Regla de Fructuoso, abad del monasterio de Compludo, en el Bierzo, y después obispo de Braga, anterior al 650; dos textos relacionables con Fructuoso y su ambiente, la denominada Regula Communis, surgida con seguridad en la zona de Galicia y la Regula Cassiani, un texto compuesto en base a los Instituta de Juan Cassiano, y por último, la Regula consensoria, que se debería fechar en la segunda mitad del siglo.

La difusión de la Regla de san Benito, escrita hacia el 530-540, no se produjo hasta tres siglos después y fue debida a la labor de un noble visigodo, Benito de Aniane quien, siguiendo instrucciones políticas de Carlo Magno y Ludovico Pío impuso la unidad legislativa en todo el ámbito de Imperio Carolingio y para ello tomó como base la Regla de Benito, lo que conllevó la ignorancia o marginación de toda la riqueza y variedad legislativa que existía hasta entonces en el Occidente romano. Benedicto, abad de Aniane (747.c.821), protagonista de esta reforma monástica, reunió todas la Reglas que pudo encontrar en las diversas bibliotecas monásticas y las confrontó con la de Benito en la denominada Concordia Regularum. Atribuyó a esta la superioridad sobre las restantes y en el concilio de Aquisgrán convocado en el 817 se impuso su observancia. Desde entonces y durante muchos siglos, toda Europa será benedictina.  

(1) Salvatore Pricoco: “El legado del pasado: Reglas y monasterios visigodos y carolingios” en Monjes y monasterios hispanos en la Alta Edad Media, pp. 11-16.

 

Exposición del seminario

Antonio Ramos Millán (Universidad de Granada)

Exhibición de pósteres científicos de los estudios reglenses en curso de desarrollo sobre el Monasterio de Regla en materia de urbanística, arquitectura, escultura, arqueología y literatura. La exposición se organiza en torno a tres contextos históricos constituyentes: el Cenobio Nono de San Fructuoso, el Ribat Almonastir de Las Mezquitas y el Convento de Nuestra Señora de Regla.

I. El Cenobio Nono de San Fructuoso, como postulante histórico de toda la era monacal en el lugar, para un monasterio que era el centro institucional del poblado monacal visigodo y de la mozarabía monacal de Chipiona, por lo que se estima abarca desde el reinado de Chindasvinto, Reino de Toledo, al Emirato Almorávide de Alí Ibn Yúsuf (c. 647-1126), más de medio milenio de historia.

II. El Ribat Almonastir de Las Mezquitas, como candidato histórico de este lugar idrisiano, edilicia cultual característica del misticismo islámico e instrumento de la yihad imperial del Emirato Almorávide y del Califato Almohade, hasta la conquista castellana de Sevilla por Fernando III de León y Castilla (1127-1147), el siglo de Las Mezquitas, bisagra en la historia local entre la antigua era monástica hispana y la nueva era conventual castellana.

III. El Convento de Nuestra Señora de Regla, como representante de toda la era conventual castellana del Reino de España, con las órdenes mendicantes agustina y franciscana (desde c. 1297 en el reinado de Fernando IV de Castilla). Nuevamente, más de medio milenio de vida consagrada cristiana, del Antiguo al Nuevo Régimen del Estado Español.

La Exposición del Seminario estará abierta al público en general, como espacio de recepción de los Seminarios Reglenses a la sociedad en su conjunto.

Visitas guiadas

Antonio Ramos Millán (Universidad de Granada)

En homenaje al magisterio de D. Leopoldo Torres Balbás

Partiendo del revisionismo positivista franciscano, esta nueva historia de la edilicia reglense aborda bajo este epígrafe una microarqueología como microhistoria. Y en tanto que espiritual, más allá y no por religiosa, dogmatiza a la arquitectura como arte, como cultura material, lenguaje con expresión textual y constituido como semiótica, objeto por tanto de una lectura hermenéutica, de la interpretación de un discurso arquitectónico. Una arqueología procesual de la construcción y posprocesual de la arquitectura, es por otra parte antítesis de la arqueología de la arquitectura hegemónica en el país, de su incompetente neohistoricismo matricial harrisiano y del disminuido alcance de su aproximación paramental. Antes bien, presentamos una exploración que encuentra sus raíces en la tradición positivista clásica del estudio de los monumentos históricos, y su campo de cultivo en la historia del arte. Mientras que la arquitectura es arte como cultura es la construcción, la arqueología de la arquitectura o es arquitectura o no puede ser arqueología.

Centraremos la atención en tres estaciones principales del Monasterio de Regla: el Edificio del Patio del Claustro que es el Edificio Histórico del monasterio, la Huerta Monacal y la Plaza del Humilladero. La lectura microarqueológica del Ajimez Salvado, la Ventana de Chipiona, su semiótica litúrgica visigoda-almorávide entre la columnata hispanogoda y la arcada túmida, por más que su rebautizo historicista como mudéjar, será un núcleo de predicación argumental para toda la narrativa de la diégesis histórica del monasterio. El Edificio Histórico contiene en primer lugar la edilicia monacal precastellana o Edificio Antiguo (Claustro Bajo), exponiendo la arquitectura eclesial monástica de época visigoda (Edificio Fundacional) y su larga vida mozárabe, y la edilicia cultual posterior de un ribāt como mezquita fortificada, que es la obra de fábrica actual del Claustro Bajo (Edificio Antiguo propiamente dicho).

El Edificio Moderno (Claustro Bajo y Alto) en segundo lugar, es la obra nueva castellana, desde el Antiguo Régimen regentado por el convento agustino (obras góticas, barrocas y neoclásicas), al convento franciscano de la Restauración (Patios del Real y de Las Palmeras), donde hace gala la obra nueva neogótica del Santuario, por antonomasia el arte historicista religioso de época. 

La Huerta Monacal tiene el foco de expresión histórica en su sistema hidráulico de regadío. Un pozo que se ve suplementado con la innovación andalusí de una aceña, noria de sangre presumiblemente de época paleoandalusí (siglo VIII), cuya mota porta una iconografía mozárabe (planta ochavada). Por ello, el origen de la huerta con el pozo originario, habría que ponerlo en relación al menos con la primigenia fundación monástica visigoda en el lugar. La Plaza del Humilladero por su parte, contiene un registro sedimentario con dos depósitos arqueológicos cultuales superpuestos, el cementerio cristiano y el almonastir islámico, el mismo marco referencial histórico del Ajimez Salvado. Desde el siglo V, el cementerio cristiano alcanza su máxima expresión en época mozárabe (hileras de sepulturas de lajas). Sobre el que se construye el almonastir islámico y de donde el nombre de Las Mezquitas, conocido su patio de abluciones centralizado por un aljibe (el “pozo milagroso” sito bajo el altar del Humilladero, donde la leyenda sitúa la aparición de la Virgen de Regla), y asistido por el aparato hidráulico de una decena de pozos de marea construidos en la playa. El monasterio islámico fue repentinamente abandonado en época almohade, como excepcionalmente pudo serlo el día de la toma de la embocadura del río Guadalquivir por la flota cántabro castellana, cuando la conquista de Sevilla por el mar en el verano de 1247.

Antonio Ramos Millán (Universidad de Granada)

La documentación arqueológica de un poblamiento dúplice en la Chipiona andalusí, una mozarabía y una alquería cohabitando en régimen de vecindad, y vinculadas por una vía local de comunicación, el “Camino de Chipiona” (1250 m), es un lugar común del crisol cultural de al-Andalus. La Mozarabía fue un poblado monacal visigodo (monumentum Scipionis) que pactó la Ḏimma y cuya larga historia gestó el topónimo mozárabe de Chipiona. La Alquería es la nueva fundación islámico bereber llevada a efecto en contrapartida jurídica del pacto, una “nueva Chipiona” cuyas obras públicas fundacionales del asentamiento de nueva planta, son un claro manifiesto de representar un proyecto político de estado. Tras el destierro ḏimmi y la desaparición de la Mozarabía, para ser transformada en ribāt, la Alquería resta la única población andalusí del lugar, portó el topónimo andalusí de Chipiona y cedió el lugar para el pueblo castellano (actual centro histórico de la villa, Parroquia). El Camino de Chipiona se rebautizó entonces como el Camino de Regla, pues desde el pueblo castellano conducía ahora al Convento de Regla.

Desde entonces y a lo largo de cinco siglos, el Camino de Regla experimentó una progresiva reducción de su trazado, ya que fue parcialmente amortizado por el crecimiento urbano de la Chipiona castellana. Para quedar reducido a finales del XIX a sus dos terceras partes (800 m), tramo conservado en nuestros días que es precisamente la actual Avenida de Regla. Calle que se inicia en el oportuno espacio del Convento de Regla que es el Patio del Real, heredero franciscano del Real o entrada principal al recinto del convento agustino, después de ser la Plaza de la Mozarabía, frente al atrio de su primigenia iglesia visigoda. Pues bien, la prolongación de la trayectoria recta del proyecto de trazado de la Avenida de Regla, como tramo conservado del originario camino andalusí, se encamina con pleno sentido hacia el centro histórico del pueblo, como tramo viario amortizado y desaparecido. Y se dirige con absoluta precisión topográfica al entorno de la entrada de la mezquita de la Alquería, donde es de prever la existencia de otro espacio público de plaza, como persiste hoy día frente a la actual portada gótica originaria de la Parroquia, previsiblemente la entrada de la previa mezquita.

Esta prolongación desde la Avenida de Regla a la Parroquia, es entonces el tramo demolido (400 m) de dicho originario Camino de Chipiona. El camino andalusí une entonces los dos núcleos poblacionales desde sus respectivos edificios de culto como centros institucionales, la iglesia y la mezquita de sendas comunidades cristiana e islámica de la Chipiona andalusí.  

La visita seguirá el curso de este Camino de Chipiona desde la Mozarabía a la Alquería. La estructura urbanística de la Mozarabía es herencia del poblado monacal visigodo (monasterio, caserío, plaza, cementerio, puerto y huerta), que se suplementa en primera época con el Camino (en cuyo encuentro con la plaza generó un zoco), con la noria de sangre para la huerta y posteriormente con un importante albacar. Llegados al otro extremo y comienzo actual de la Avenida de Regla, procederemos restropectivamente al encuentro con los fenómenos urbanísticos responsables de la amortización del Camino. Serán dos tramos, uno último industrial, el polígono bodeguero de la revolución industrial (s. XIX), y otro previo antiguo regimental de amortización residencial (ss. XV-XVIII). La economía política del vino, mercantil primero y liberal después, es el motor de toda la transformación urbana de Chipiona hasta el siglo XX. Tras este recorrido histórico castellano de amortización del camino, llegamos a la Alquería de Chipiona. Asentamiento de nueva planta y ex novo que se funda con destacadas obras públicas de ingeniería. Una mezquita de estado, con una quibla científica o astrónómica, del porte señalado de la obra de fábrica de la actual Parroquia que heredamos. La “red de piedra” que origina su pesquería (los corrales actuales) y nos refiere a los ingenieros y pescadores bereberes masmudas dukalíes (Marruecos atlántico) que constituyeron su población. Y en primera instancia el Camino de Chipiona, obra pública que nos ha traído hasta aquí, instrumento de la nueva administración del Califato Omeya de Damasco de este al-Andalus prístino y de toda su población hispanocristiana de la Ḏimma, como fue la Mozarabía de Chipiona.

Talleres

Como foro del seminario, los talleres son un espacio destinado a favorecer la conversación en todas sus dimensiones académicas y profesionales. Serán por ello también el tiempo apropiado para un café de mañana o de tarde.

El seminario comprende cinco talleres. El concepto de los talleres es el contexto apropiado para que sean el ámbito de realizaciones de interés general (Talleres I y II), mientras que en relación a los tres últimos talleres, la asignación de un contenido específico a sus coloquios refieren generalmente propuestas nominales de partida.

Taller (I)

Inauguración de la Exposición del Seminario 

Jueves día 22 de julio, 11:30-13:00 horas

Taller (II)       

Sesión de Extensión Social del seminario
 Inauguración de los Seminarios Reglenses del Monacato Español
Presentación de la Universidad de Verano de Chipiona

Viernes día 23 de julio, 10:45-13:00 horas

Taller (III)     

Coloquios. Las órdenes monacales

Sábado día 24 de julio, 11,30-13,00 horas

Taller (IV)     

Coloquios. La mística sufí de al-Andalus

Sábado día 24 de julio, 19,30-20,00 horas

Taller (V)      

Coloquios. Las órdenes conventuales

Domingo 24 de julio, 12,00-13,00 horas  

extensión social

La extensión social de esta primera edición de los Seminarios Reglenses, trae consigo los planteamientos generales que al respecto proyectan estas convocatorias. Las realizaciones del presente seminario son de interés académico y cultural.

Por un lado, el acto académico de la inauguración oficial de los Seminarios Reglenses, acto representado por las autoridades institucionales y empresariales que han protagonizado la organización administrativa y el fundamento financiero de estas convocatorias.

El acto académico será secundado por una nominación del turismo, en tanto que sector socioeconómico capital que es de este entorno comarcal. Materia turística sobre la que disertará la conferencia inaugural y magistral que será impartida por D. Manuel Rey Moreno, Director de la Cátedra “Metropol Parasol” de Gestión de Espacios Urbanos Turísticos, Comerciales y de Ocio de la Universidad de Sevilla.

Por otro lado, la asistencia libre del público en general a las sesiones académicas del seminario, el ciclo de conferencias, la exposición y las visitas guiadas, permitirán una importante aportación a la oferta cultural de la estación veraniega de Chipiona durante cuatro días consecutivos.