La Llave de Las Mezquitas, la Llave de la Mazmorra, la llave de todos los cielos
Los Seminarios Reglenses representan el encuentro de tres motivaciones mayores. En primer lugar, promover los estudios reglenses mediante una convocatoria abierta a la comunidad académica, dada la relevancia del caso de estudio que representa. En este sentido, poner de relieve como aportación particular, la distinción específica que singulariza la identidad histórica del monacato del mediodía del país, y que el Monasterio de Regla representa como exponente, esto es, la andalusidad mozárabe y sufí de su historia. Y por último, atender a la vocación de empatía y sinergia social propia de todo seminario, agentiva de riqueza en todas las dimensiones de su entorno.
Los Seminarios realizan una convocatoria a toda la tradición de estudios monásticos y de religión presente en nuestro país. Del historicismo a la nueva historia española, de la historia social analista al culturalismo posmoderno, los estudios de religión en nuestro país gozan de madurez de escuela. Los Seminarios Reglenses se ofrecen como un nuevo punto de encuentro académico sobre los estudios monásticos hispanos, que abierto a la mirada de la Historia, la Antropología y la Filosofía en sus más amplias concepciones, permita servir un debate actualizado para el nuevo caso de estudio.
Con esta convocatoria abierta, los Seminarios se ofrecen como un instrumento capital de los estudios reglenses, y sustancian paralelamente el significado histórico como instrucción del valor del patrimonio del Monasterio de Regla. Junto a la oportunidad de permitirnos una exploración enriquecedora sobre cada una de las realidades históricas de la religiosidad constituyente, la historia de larga duración que contiene el monasterio reglense pone también de relieve la necesidad de considerar la materia común reiterada de la vida consagrada que ha posibilitado tanta manifiesta competencia histórica a través de los tiempos.
Es obvio que en este mediodía de la península, el discurrir entre la romanidad visigoda y la castellanidad medieval fue un proceso histórico mediado a todos sus efectos por la historia de al-Andalus. Ello confiere tanto una particular historia de los acontecimientos frente al medioevo castellano, como un singular sentido de la historicidad, como fuera el caso de cualquier otro contexto histórico bajo consideración.
Frente a la columna histórica del monacato hispano de los reinos castellanos, que discurre entre el ordenamiento regular prebenedictino y el benedictino tras la reforma gregoriana de la iglesia europea, en al-Andalus nos encontramos con una excepcional proyección histórica del monacato prebenedictino, como es la tradición monástica visigoda de las comunidades mozárabes. Tradición visigoda enraizada aquí desde la historiografía de una cepa genuina, como fue el monacato fructuosiano. Por más que al-Andalus introduce nuevamente a un Oriente actualizado en la Península, con la pletórica diversidad islámica de las manifestaciones de la mística sufí. Esta particular genealogía monástica del mediodía del país, porta la historicidad de un mundo de sentido donde sabemos destaca la difusión e interacción cultural. Donde es un hecho común el tema recursivo de la conversión confesional recíproca entre la cristiandad y el islam, conversiones que hicieron del monasterio un almonastir y del almonastir un monasterio. Historicidad que se manifiesta corrientemente en las hibridaciones semióticas de la cultura material como precisamente contiene el Monasterio de Regla.
Relevos textuales que haciendo simbiosis pertinente, versionan y trascienden enriqueciendo sus propias tradiciones confesionales, como las ramas de un árbol llevan al tronco y a sus más profundas raíces abrahámicas. Pues del monasterio al almonastir, del almonastir al monasterio, se recepciona el mismo esfuerzo religioso abrahámico de la peregrinación, la regla cristiana o el camino islámico, la tarῑqa, como una seña de identidad de familia, las “Gentes del Libro”.
Las sucesivas metamorfosis semánticas que experimenta el Monasterio de Regla, y cuyas repercusiones siguen vivas en nuestros días, son manifestaciones extendidas en esta geografía meridional, y es por tanto una seña de identidad incontrovertible de nuestro monacato hispano. Encuentros que hibridan su arte en la Ventana de Chipiona, en la Llave de la Mazmorra, como textos de los viejos y nuevos discursos sociales, semillas y frutos de todo presente. Ejemplos fulgentes de toda la metamorfosis acaecida, ventana y llave simbolizan por ello de manera alegórica los Seminarios Reglenses. Por más que ambas expresiones iconográficas de prolífico calado religioso, son símbolos metafóricos y emblemáticos de toda virtud del saber, que los Seminarios recogen como testigos de compromiso.
Por un lado su proyección universitaria, fuente de desarrollo socioeconómico de todo orden. La amplia participación institucional universitaria y la pretendida permanencia temporal de los Seminarios Reglenses, es una oportunidad para que esta realidad académica pueda expandir sus fundamentos. A lo que estos seminarios contribuirán expresamente con actividades de extensión, nuevas iniciativas científicas y docentes de la universidad en este contexto social local y regional.
Por otro lado, la promoción del patrimonio histórico local y con ello la sustanciación de la calificación de Municipio Turístico de Andalucía que ostenta Chipiona. Los Seminarios Reglenses son una prolongación de la instrucción del patrimonio histórico de los estudios reglenses, pieza central del proyecto Chipiona Lugar de Memoria.
Lo que ya en 2008 supuso la Conmemoración del 400 Aniversario del Nombramiento de la Virgen de Regla como Patrona de Chipiona, y celebró en su marco las Primeras Jornadas Históricas de Regla, Lugar señalado de la Historia, ascendente académico de estos Seminarios. Conmemoración que exhibió los méritos históricos de estas fiestas patronales y permitió instruir al siguiente año de 2009 su declaración institucional como Fiesta de Interés Turístico de Andalucía. Estudios reglenses cuyos recientes descubrimientos han aportado un importante e imprevisto legado monástico a este Municipio Turístico de Andalucía, y fundamenta el nuevo instrumento de desarrollo social que al respecto representan estos seminarios.
LA LLAVE DE TODOS LOS CIELOS
La gran Llave de la Mazmorra, es la mayor y más pesada de entre las llaves antiguas del mundo que llegan a nuestro conocimiento. Con más de medio metro de larga y dos kilos y medio de peso, es ceremoniosa donde fuere. Y contiene por más una gran dimensión histórica, debido a la propia ceremonia que por sí misma confiere. Con este nombre propio ha llegado hasta nuestros días, desde que el gran cronista del convento agustino del Siglo de Oro, Fray Diego de Carmona y Bohórquez, la refiera como parte del “Milagro de la Mazmorra”, milagro medieval de “La Morenita” fechado a finales del siglo XIV. Alude el relato del milagro que la llave pertenecía a una mazmorra musulmana sita en Granada, donde estaba prisionero un lugareño de la vecina población de Rota, consistiendo el milagro en la aparición dando “la Virgen de Regla de su mano una llave a un cristiano”, por lo que el roteño una vez libre llevó como ofrenda la llave a la Virgen, razón por la cual se conservaría en el convento. Con la venia del portentoso porte de la llave, entró a formar parte del legado de culto a la Virgen de Regla como “Llave del Cielo”, procesionándose de antiguo junto a la Virgen en sus fiestas patronales.
La llave no es en absoluto propia de ninguna mazmorra, pues ni siquiera poseían llaves estas prisiones de la época, ni responde tampoco su soberbia factura de férreo forjado a una llave utilitaria en cualquier sentido. Y aún siendo indiscutiblemente una llave andalusí, es formalmente anterior a las llaves árabes conocidas que son todas ellas tardías, almohades y nazaríes. El ojo o pomo de nuestra llave es esférico (bicónico truncado), no como los pomos discoidales que caracterizan estas llaves árabes recientes, donde destaca la llave almohade de la Catedral de Sevilla. Sería por tanto una llave anterior, previsiblemente al menos almorávide del siglo XII, distante del contexto histórico nazarí que recrea el milagro. Será por tanto en este sentido la llave árabe más antigua conocida por el momento en nuestro país.
Esta hipérbole de llave la aleja de toda practicidad utilitaria de función común, independientemente de que para abrir una cerradura tan importante como le correspondiera también estuviera predispuesta. Su factura grandilocuente queda referirla a una estricta llave ceremonial o representativa, característica del simbolismo de las llaves medievales de las ciudades y fortalezas, como fue este lugar del “castillo mahometano” del Ribat de Las Mezquitas. Es por ello que con esta caracterización de excelencia, la llave no encuentra su contexto de significación en el relato del milagro, pero sí en el propio convento reglense donde se encuentra hoy día la llave, convento fundado en la reocupación de dicho “castillo mahometano” que fue el Ribat de Las Mezquitas, donde previsiblemente la encontraron los nuevos canónigos residentes al rehabilitar el ruinoso edificio.
Las excavaciones arqueológicas realizadas recientemente en el almonastir, sito en la Plaza del Humilladero, muestran que el lugar experimentó un súbito abandono por una circunstancia externa, imprevista y alarmante venida del mar, que indujo a una repentina huida de los morabitos, y que consecuentemente, dejó tras de sí todo el ajuar material en la situación y el estado de uso en el que se encontraba en ese preciso momento. Circunstancia realmente adversa, como podría corresponder fehacientemente al acontecimiento mayor del conflicto bélico en ciernes, que fue la toma de este antepuerto de la Sevilla almohade por la flota cántabro castellana, durante la conquista de la medina por el mar un día del verano de 1247. Este contexto arqueológico enriquecido propio de un acontecimiento de abandono bélico, es el contexto apropiado para comprender cómo la Llave de Las Mezquitas quedó igualmente abandonada en el Ribat. Y que encontrada entre los derrubios con tan ceremoniosa presencia que tiene, corriera la suerte milagrosa en correspondencia, de quedar adscrita al legado cultual de la Virgen de Regla, como puede observarse en el Museo Franciscano donde actualmente se encuentra expuesta a los visitantes.
La Llave de Las Mezquitas, La llave de la Mazmorra, la Llave del Cielo, contiene una explícita historia del cielo, pues ha estado presta para abrir todos los cielos que ha forjado su civilizada razón de ser, el magma del ritual religioso, donde se encuentra realmente todo el sentido pragmático de su existencia histórica.
A. R. M.
Chipiona Lugar de Memoria