EXPOSICIONES
EL MUSEO DE LAS CANTERAS ROMANAS DE CHIPIONA
El subsuelo geológico de la geografía de nuestro término municipal, que es la Punta de Chipiona, es una roca caliza marina, donde destaca la popularmente conocida como “piedra ostionera”, refiriendo este nombre a la frecuencia de conchas de organismos marinos que la constituyen. Se trata de una formación rocosa representante de antiguas playas fósiles, formadas durante la edad geológica del Cuaternario desde hace unos dos millones de años, tras los avances y retrocesos que experimentó el mar a nivel planetario conforme las épocas interglaciares y glaciares que se sucedieron entonces.
Estas playas rocosas de piedra ostionera son conocidas en diversos puntos de la costa gaditana, pero es aquí en Chipiona donde se encuentran más presentes. Son parte del Arrecife de Chipiona, escollera que caracterizará toda la costa hasta la isla intermareal de Salmedina, un par de kilómetros mar adentro, y sembrará de escollos los fondos marinos de toda la embocadura del Estuario del Guadalquivir, como es la propia Barra de Sanlúcar de Barrameda.
En este medio intermareal del Arrecife de Chipiona se encuentra la playa rocosa por excelencia de esta costa chipionera, conocida con el nombre de Playa de las Canteras, especialmente conocida por estar flanqueada por monumentos colosales que dominan el paisaje, como el Faro de Chipiona y los corrales de pesca.
El nombre de la playa refiere sin embargo la explotación histórica de la piedra ostionera acaecida en el lugar. Fue la cantería moderna de sillares para la construcción de edificios singulares de la comarca, de donde le viene el nombre a la playa, amén de que su rocosidad natural haya sido objeto tradicional de una explotación de cantería superficial para la construcción de las viviendas del pueblo.
La Playa de Las Canteras tiene una gran riqueza en bienes del patrimonio natural e histórico. Y entre ellos presentamos ahora uno de los yacimientos arqueológicos más impresionantes de nuestra localidad, que sin embargo permanece muy desconocido. Se trata de unas auténticas canteras romanas de piedras de molino que se encuentran totalmente conservadas, y que nos ofrecen en la marea baja un verdadero museo al aire libre, por más que en este incomparable marco natural de la recién emergida playa rocosa de la bajamar.
Son unas canteras especializadas en la extracción de las piedras de molino llamadas moleras, piedras durmientes sobre las cuales una piedra móvil o muela puede realizar una molienda de cereal. Se trata de unas extensas y longevas canteras, pues rebasan los corrales de pesca Trapo y Cabito y fueron explotadas durante medio milenio.
En este museo podemos contemplar todo el proceso de extracción de estas piedras de molino. La cantería se iniciaba en las mareas vaciantes con el picado de un canal anular que delimitaba la futura piedra molera y facilitaría su extracción. El picado del canal se realizaba con cinceles de hierro y mazas de piedra volcánica del Cabo de Gatas, ya que alguna de estas mazas ha sido hallada en el yacimiento. Una vez picado el canal, se encajaban dentro del mismo unas cuñas de madera que al quedar sumergidas por tiempo e hincharse con el agua, ejercían presiones por todos los laterales del bloque circular que acabarían por fracturándolo por su base.
El frente de la cantera se extiende por la superficie del depósito rocoso, por lo que la extracción de nuevas moleras se realizaba en el espacio adjunto de las previas. Este sistema de extracción resultaba en la conservación de la totalidad de los negativos de las extracciones realizadas, razón por la cual estamos en estas canteras romanas de Chipiona entre las mejores conservadas de todo el imperio romano.
Estas piedras moleras circulares no tienen todas ellas el mismo módulo métrico, pues varían visiblemente en su diámetro y en su grosor. Se nos presentan claramente tres módulos diamétricos de moleras pequeñas, medianas en torno a 1m y mayores. Estos módulos están en correspondencia con el tamaño de las explotaciones agrarias a las que iban destinadas, explotaciones que aumentaron su propiedad y volumen productivo a lo largo de la historia romana, como muestra con la arqueología romana del campo de Chipiona. Las pequeñas casas de campo romanas que inician la colonización agraria en el siglo II a. C., con un nivel de producción familiar o doméstico, presentan la molera pequeña, mientras que las moleras medianas, que son las más abundantes y características en la cantera, responden a la demanda de las mayores explotaciones agrarias posteriores, las villas romanas altoimperiales que poblaron este campo romano de Caipionis en el siglo I de nuestra era, como culmen de esta colonización romana.
La concentración de unos u otros módulos en los espacios de la cantera permite delimitar con claridad dos zonas principales de explotación histórica, las canteras republicanas anteriores a nuestra era, con dominio de las moleras pequeñas, y las canteras imperiales donde dominan los módulos medianos y puntualmente mayores. La zona más antigua de las canteras es la más interna mar adentro, habida cuenta es la zona con mayor tiempo de inmersión y mayor productividad de extracción, zona que hoy día sólo es visible en las grandes mareas. Las canteras imperiales son observables en cualquier marea baja. Esta cantería facilitada por la marea permite comprender que estamos ante otro ingenio mareal propio de estas costas gaditanas, un ingenio insólito, una “cantera mareal”, pues aprovecha la marea para que proceda a la extracción de la molera predispuesta.
El trabajo de la cantería se realizaría en el régimen de esclavitud de la época. En la época altoimperial de mayor producción, la cantera estuvo administrada por una villa romana construida a tal efecto, que sigue enterrada en pleno paseo marítimo, al pie de la actual Villa Blanca, y que junto a estas canteras representan un poderoso activo del turismo cultural de Chipiona.
Estas canteras fueron descubiertas a mediados de la década de los años 70 por Antonio Ramos Millán, autor del presente texto y actualmente arqueólogo de la Universidad de Granada. Este yacimiento arqueológico se encuentra en fase de investigación y estudio a fin de implementar una guía instruida para su proyección turística.
A. R. M.
Chipiona Lugar de Memoria